Aunque tanto los investigadores de la Guardia Civil como todo el mundo en el pueblo aseguran que Amin desapareció el viernes pasado por temor a represalias, la realidad es que el miércoles día 3 de febrero cruzó el Estrecho de Gibraltar en un buque de pasajeros con destino al puerto de Tánger.

El imán de la mezquita de El Algar fue detectado por las Fuerzas de Seguridad del Estado en el control fronterizo del puerto de Algeciras, que pasó sin problemas porque en ese momento la Guardia Civil aún no había emitido la orden de busca y captura. Es que ni siquiera conocía los hechos que los padres de las presuntas víctimas imputaban al religioso y que obligaron a Amin a marcharse precipitadamente de El Algar.

El imán era consciente de que algún padre podría tomarse la justicia por su mano antes de que interviniera la Guardia Civil, que en los últimos días lo ha buscado en la provincia de Toledo, el último destino antes de llegar a Cartagena.

Fuentes próximas a la investigación explicaron que el imán embarcó a las seis de la mañana en un barco que partió hacia Marruecos una hora más tarde. Ahora vive en su zona de procedencia y allí, como suele ser habitual en casos similares, tendrá que dar explicaciones a los responsables de su comunidad.

Sin embargo, se librará de declarar ante la Guardia Civil mientras no vuelva a pisar suelo español, situación que dan como poco probable durante un largo tiempo.