Monseñor Algora, en una entrevista realizada en la revista «Vida Nueva», calificó de «indecente» e «injustificado» que los diputados tengan determinados privilegios, como puede ser su sistema de pensiones y expuso que «la existencia de privilegios injustificados hace que haya personas en situación de privilegio vital frente a otras, y que esas personas, además, pertenezcan a instituciones cuyo fin primario debe ser servir a las personas, humilla, sin duda, a las otras en situaciones más precarias».
 
Algora, a continuación considera que no es una «sociedad decente» la que permita dicha situación de unas personas con privilegios sobre otras y que eso «necesita ser transformado». «La política -continúa- no puede tener sentido más que cuando se plantea como la función de servicio al bien común, y nunca en propio provecho».
 
Además en su conversación con Lorenzo, el obispo se pregunta si es «de recibo» que cuando se está debatiendo la posibilidad de prolongar la vida laboral y se habla de recortar los salarios, se publique la noticia de que el presidente del BBVA se jubilará con 79 millones de euros.
 
Y es que sobre los bancos manifiesta que ya tienen beneficios y las grandes empresas «han recuperado sus cotizaciones en bolsa, pero los trabajadores, especialmente los más pobres, siguen atenazados por la angustia».  A su vez, niega que la Iglesia calle ante la crisis e indica que la misma tiene «claras raíces morales» además de opinar que la sociedad se ha acostumbrado a la existencia de una cifra persistente de desempleados.
 
«Los contratos de trabajo serán todo lo temporales, flexibles y precarios que queramos, pero las personas no somos flexibles, ni sus necesidades básicas lo son», subraya Algora.
 
El obispo también cree que la crisis ha puesto de manifiesto cómo el capitalismo occidental «ha terminado por convertirse en una economía ficticia, especulativa». En relación a la posibilidad de una reforma laboral, Algora se muestra convencido de que cada vez que se habla de ella «estamos hablando de avanzar en desreguralización del mercado laboral».
 
Por último, cree que la Iglesia debe seguir haciendo lo que está haciendo: estar al lado de las víctimas, desde la encarnación y la solidaridad».

A juicio de Fernando Moraleda, diputado nacional del PSOE por Ciudad Real,  las declaraciones de monseñor Algora «son impropias de un representante eclesiástico», del que ha recordado que «llegó a llamar Calígula al presidente del Gobierno». Tras afirmar que está convencido de que «hay unos parlamentarios mejores que otros, como unos obispos mejores que otros», Moraleda ha querido recordar a Algora que «en democracia no se gobierna con el Catecismo, sino con la Constitución (...), en España y en cualquier democracia europea y del mundo». El parlamentario del PSOE ha insistido en que «la descalificación general que ha hecho a los parlamentarios conlleva alejar a los ciudadanos de sus representantes políticos y eso significa alejar a los ciudadanos de la democracia», ha aseverado.