La catedral de San Juan Bautista, en Turín, se cerró el 15 de enero para prepararse durante tres meses a un acontecimiento de repercusión mundial: la ostensión de la Sábana Santa. La última tuvo lugar en el año 2000, y recibió un millón y cuarto de fieles, la mitad que en 1998... pero es que el cabo de milenio, con el Jubileo de Roma, dividió a turistas y peregrinos. Ahora los organizadores esperan acercarse a la cifra de 1998 y superar los dos millones de personas rezando ante la más importante reliquia de la Cristiandad y contemplando las labores de restauración emprendidas en 2002 para retirar los restos orgánicos que quedaron en el Lienzo tras el incendio que la quemó parcialmente en 1532.
El 2 de mayo el mismo Benedicto XVI se desplazará hasta la capital del Piamonte para venerar la tela que abrazó el cuerpo de Jesucristo, y que ha sido preparada y protegida para esta ocasión por los científicos de la empresa de ingeniería aeroespacial Aliena Aeronautica.
No va a ser fácil contemplarla de cerca. Se exige rigurosamente haberse apuntado, y las peticiones llegan por miles. Solamente las contabilizadas por la prensa italiana este fin de semana suman más de cien mil, y la demanda irá in crescendo al acercarse la fecha. Todos los touroperadores turísticos han preparado ofertas que incluyen, junto a la peregrinación, un recorrido turístico por una de las regiones transalpinas más ricas en monumentos artísticos religiosos y civiles.
Lo más relevante de estos meses previos está siendo la unanimidad social para amparar y patrocinar el evento. En rueda de prensa celebrada el 28 de enero, el presidente del Comité para la Ostensión, Fiorenzo Alfieri, destacó que era la primera vez en la historia que instituciones públicas y privadas de Turín actuaban de forma tan intensa y coordinada para el éxito de la exposición sagrada.
Los patrocinadores principales son la archidiócesis, el ayuntamiento y la región, que aportan 2.400.000 euros, y la Fundación Crt y la Compañía de San Pablo, con otros dos millones. Pero el elenco de partners abarca prácticamente todas las grandes empresas y asociaciones piamontesas, algo nunca visto, y que ha permitido a la organización centrar sus esfuerzos exclusivamente en las tareas de logística imprescindibles, sin apuros monetarios. Y ello «en un momento particularmente difícil», dijo Alfieri, como el que dibuja la crisis económica. Tres mil voluntarios dedicarán también su tiempo a que todo salga bien.
Pero si hay un apoyo que ha soprendido a todos ha sido el de la firma de ropa Robe di Kappa, filial de Kappa, la célebre marca de vestimenta deportiva. En los años 70, Robe di Kappa lanzó al mercado unos pantalones vaqueros, que bautizó como Jesus Jeans, mediante una campaña publicitaria muy agresiva y que caía de lleno en lo irreverente, al utilizar frases del Antiguo Testamento («no tendrás otros Jeans fuera de mí») o del Evangelio («el que me ame, que me siga», versículo que se escribía sobre la parte trasera de unos pantalones, justo en la parte de las nalgas).
La Iglesia italiana respondió entonces muy duramente a esa campaña, de ahí que llamase la atención esta nueva alianza. La empresa la ha justificado por el momento tan especial que la Ostensión significará para la ciudad donde nació Robe di Kappa, y Marco Bonatti, responsable de comunicación del Comité para la Ostensión, por la necesidad de fondos, que les han obligado a abrirse a patrocinadores «no tradicionales».
Lo que está claro es que la expectación despertada es inmensa, lo cual va a dar una oportunidad a las nuevas tecnologías. Quienes no puedan estar físicamente presentes ante la tela podrán estarlo on line merced a la implementación de programas especiales en la web de los organizadores por parte de proveedores informáticos que harán así su aporte en especie a la financiación de los actos.