Tras la repercusión mediática de su Carta abierta a Santiago Carrillo, el obispo emérito de Mondoñedo Ferrol, monseñor José Gea Escolano, dirige desde su blog «Un obispo opina» otra misiva a uno de los personajes más señalados de la vida pública española: el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, que esta semana aseguraba que «es peligroso que la Iglesia señale a quienes no comparten todos sus criterios», entre otras tomas de postura como socialista y católico.
Así, monseñor Gea Escolano, que desde su ministerio misionero en Perú no pierde hilo de la actualidad española, le hace saber a José Bono que «no creo que a nadie nos interese verle excluido de la Iglesia; al contrario, pero es Ud. mismo quien se excluye» porque -prosigue el prelado- «da la sensación de que vincula a una Iglesia que no existe».
La Iglesia en la que se reconoce Bono es «muy amplia, muy universal y muy grande», según sus propias palabras y monseñor Gea no le quita razón, pero apostilla: «No olvide qu ela Iglesia, además de universal y muy grande, tiene una fe única, no una fe a la carta, que es por donde me parece que va yendo usted».
Y continua el obispo: «Lo que pasa es que hay quienes, por ejemplo Ud. mismo, quieren compaginar la fe y la moral de la Iglesia con el aborto, la eutanasia, las relaciones prematrimoniales, el matrimonio homosexual...». ¿Qué quieren? se pregunta el prelado. «¿Que la Iglesia cambia de opinión en cuestiones de fe y de moral? Por poca formación cristiana que Ud. tenga, comprenderá que la Iglesia no puede hacerlo».
La imposibilidad de recibir la eucaristía en virtud de la existencia de un pecado público no confesado y reparado públicamente (asunto muy diferente de la excomunión), ha sido posiblemente uno de los más comentados desde que monseñor Martínez Camino recordara la doctrina de la Iglesia al respecto el pasado mes de noviembre. A esto también se refiere el prelado en su misiva al duiputado socialista, al asegurar que «si le niegan la comunión sacramental, no es que la Iglesia lo aparte, sino que es Ud. quien se ha apartado. Porque, lo admita o no, Sr. Bono, Ud. se ha situado fuera de la comunión eclesial. No comulga con la doctrina de la Iglesia y ¿Qué quiere? ¿recibir el sacramento de la eucaristía, símbolo de la unión? Sea serio».
Tras recordarle las duras palabras de san Pablo a dirigidas a quienes «quieren deformar el Evangelio de Cristo», monseñor Gea concluye con claridad meridiana: «Mire, Sr. Bono, una de dos, o Ud. admite que abortar voluntariamente es siempre inmoral, o si no lo admite, se sitúa frontalmente en contra de la enseñanza de la Iglesia. Esto no es cuestión de miedos, ni de opresión de la jerarquía, ni de afán de dominios sobre nadie. Es proclamar con claridad el mandamiento de "no matarás". Porque el aborto es un asesinato ¿no?».