Al obispo de Bokungu-Ikela, monseñor Fridolin Ambongo, le han regalado un ultraligero para pastorear su diócesis. La iniciativa, titulada «Una golondrina no hace primavera, pero un aeroplano para el Congo sí» ha sido obra de la asociación italiana «Amigos del Buen Pastor» que logró recabar el apoyo de la Unión Nacional Italiana del Sector de la Aviación Privada.

Monseñor Ambongo tomó posesión del obispado de Bokungu-Ikela el 6 de marzo de 2005. Se trata de una vastísima diócesis de 42.000 kilómetros cuadrados que fue erigida en 1961 en la República Democrática del Congo (antes conocida como Congo Belga y Zaire), el tercer país más grande de África y uno de los más conflictivos.
 
Según los últimos datos que ofrece la web especializada Catholic Hierarchy, en el año 2006 la diócesis de Bokungu-Ikela contaba con 49.351 fieles católicos, distribuidos en 14 parroquias atendidas por un total de 20 sacerdotes (16 diocesanos), con la ayuda de 26 religiosas y 8 religiosos.
 

Para atender a esta grey, diseminada en un amplísimo espacio, monseñor Ambongo se veía obligado a viajar durante dos semanas, con un coste altísimo, en «lancha, piragua o autobús», según ha declarado uno de los responsables de la asociación «Amigos del Buen Pastor» al servicio de información de las Obras Misionales Pontificias.

Para poder poner hacer útil el regalo, el prelado, fraile capuchino, ha enciado a un hermano suyo de congregación para que obtenga la licencia de vuelo y aprenda a reparar el ultraligero que, según los responsables de la iniciativa, «es como mantener una motocicleta».