El hasta ahora Nuncio Apostólico en España, monseñor Manuel Monteiro de Castro, explicó ayer que el hecho de que el Gobierno le concediera la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, pone de manifiesto que su trabajo ha sido apreciado por el Ejecutivo. Monteiro de Castro, quien ayer celebró una misa de despedida en la Basílica Pontificia de San Miguel de Madrid, recordó en declaraciones a los periodistas tras el acto litúrgico, que a la citada orden, concedida en la última reunión del Consejo de Ministros, se une la que ya poseía de Isabel La Católica.

En este sentido, se preguntó si el hecho de poseer ambas distinciones no querría decir «que el Gobierno y el Vaticano han apreciado mi trabajo». Además, el hasta ahora Nuncio se ha mostrado «muy contento» por los nueve años que ha pasado en Madrid, desde donde se trasladará a Roma como secretario de la Congregación para los Obispos. En España será sustituido por el arzobispo italiano Renzo Fratini.
 
A la misa asistieron, entre otros, el ex embajador de Estados Unidos en España Eduardo Aguirre y diez obispos, entre ellos el de Bilbao, Ricardo Blázquez, y el Padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz.
 
Durante la homilía, a lo largo de la cual se emocionó en varias ocasiones, Monteiro de Castro ha apuntado que la «cercanía a Dios nos hace volar alto» y que el buen cristiano tiene que actuar de «forma coherente con la fe».

«El cristiano se ha de dejar revestir por Dios», ha señalado y también ha puesto de manifiesto que a algunos fieles les «cuesta» la unión con Dios.
 
Por último, ha señalado que actualmente a algunas personas «les preocupa más la limpieza exterior y descuidan lo más importante, la higiene del alma».