Mauricio Alejandro tiene 14 años y vive en la ciudad colombiana de Bogotá. Debido a su corta edad, no ha podido disfrutar de ninguna de las Jornadas Mundiales de la Juventud que se han celebrado en todo el mundo desde que el Venerable Juan Pablo II las convocara, pero no está dispuesto a esperar ni un minuto más.
Como informa la recién presentada versión en inglés de la página oficial de la JMJ Madrid 2011 (aunque en aún en pruebas), Mauricio tiene toda la intención de no dejar pasar otra oportunidad. Lo tiene decidido con 20 meses de antelación, aunque no será fácil, como él mismo ha explicado.
Entre sus planes, está cantar en los autobuses, vender objetos al término de las misas en su parroquia u organizar un bazar con los que recolectar el dinero necesario para viajar a Madrid. «Dios me está ayudado en todo esto», ha asegurado Mauricio, porque «en mi colegio está prohibido vender cosas, pero el Señor me ha concedido la gracia del apoyo y la ayuda de mis profesores».
Mauricio aún no ha terminado sus estudios y, aunque estuviera trabajando, no ganaría más de 200 euros al mes, el mínimo legal, como el 60% de los colombianos. Además, si uno busca hoy billetes de ida y vuelta en avión desde Bogotá a Madrid, los más económicos no bajan de 1.200 euros.