El obispo de Lexington (Kentucky, EEUU), Ronald Gainer lo tiene muy claro: la Iglesia ha sido «lo suficientemente paciente» con Nancy Pelosi, la presidenta abortista y teóricamente «católica» de la Cámara de Representantes
Monseñor Gainer, que fue preguntado por la cuestión al término de un acto provida celebrado la semana pasada, advirtió que la decisión sobre negarle la comunión a la señora Pelosi le corresponde a su obispo, pero concretó que «hay que hacer algo».
La última vez que Nancy Pelosi expresó de forma pública su visión de la compatibilidad entre el apoyo al aborto y la profesión de su fe católica fue el pasado diciembre en una entrevista concedida a Newsweek. En aquella ocasión, expresaba sus dudas sobre la postura de la Iglesia respecto a los «derechos gays», se definió como «católica practicante», al tiempo que señaló que su conflicto con la Iglesia sobre el aborto «prácticamente» le hace llorar. Y lo explicaba así: «Siento lo que me criaron para creer que es coherente (el apoyo al aborto) con lo que yo creo, que es que todos estamos dotados de una voluntad libre y responsabilidad para responder por nuestras acciones y que las mujeres deben tener la oportunidad de ejercer su libre albedrío».
Ante estas declaraciones de Pelosi, monseñor Gainer afirmó que «hacer estas declaraciones públicas es una traición a nuestra fe católica y nuestra disciplina». El obispo señaló que la posición de la política del Partido Demócrata era una «contradicción» y subrayó que «nuestra Iglesia es clara en sus enseñanzas sobre la santidad de la vida, sobre la inviolabilidad de la vida humana».
Sobre la cuestión de negar la comunión Pelosi por sus incongruencias, el obispo Gainer aseguró que entendía que tales acciones por parte de la Iglesia a menudo se retuercen para para crear un mártir de la negación de la comunión, que dibuja una falsa Iglesia de «mano dura». Sin embargo, dijo, «los obispos tienen la obligación de defender la doctrina de la Iglesia y cuando asistimos a una amplia y constante negativa pública de la posición moral de nuestra Iglesia parece indicar que hemos sido lo suficientemente pacientes y que algo se debería hacer».
Monseñor Gainer señaló una vez más que esas decisiones deber quedar bajo la responabilidad del obispo local de Pelosi: «Estoy agradecido de que estamos en Kentucky, donde ciertamente nuestros senadores nacionales han sido muy pro-vida - estamos bendecidos», agregó.
El obispo de Pelosi, el arzobispo George Niederauer de San Francisco, hizo pública una nota correctiva después de la entrevista en la revista Newsweek: «Es totalmente incompatible con la doctrina católica concluir que nuestra libertad de elección justifica decisiones que son radicalmente opuestas al Evangelio, como el racismo, la infidelidad, el aborto o el robo» expresó en el periódico diocesano. «La libertad de elección es la capacidad de actuar con responsabilidad moral, no es la capacidad de determinar arbitrariamente lo que constituye el derecho moral», añadió.