Y es que las cifras que consiguió Mel Gibson con La Pasión de Cristo aún asustan: en 2004 la película, precedida por una absurda polémica anticristiana inteligentemente utilizada para su mejor difusión, recaudó 370 millones de dólares en Estados Unidos y 240 millones en el resto del mundo, para un coste de producción en torno a 30 millones.

Ahora el productor independiente indio Bill McKay quiere repetir el éxito con algo que haría las veces de «segunda parte» o, en el lenguaje cinematográfico habitual, «secuela», pero que obviamente sería algo más que eso. Se trata de La Resurrección de Cristo, un proyecto que recogería los años posteriores a la Resurrección de Jesucristo en una doble perspectiva: la expansión de la religión cristiana, y la tentación por el poder y el dinero que subyugó a quienes condenaron al Hijo de Dios, desde Poncio Pilato o Herodes a Caifás o Judas.

El rodaje comenzará en julio, durará diez semanas y está previsto que se estrene en la Semana Santa de 2011. Contará con 20 millones de dólares de presupuesto, aportados por Samuel Goldwin Films, y otros tantos para la promoción posterior. Contará con guión de Dan Gordon bajo la dirección de Jonas McCord.

Y esto no es precisamente una garantía. McCord dirigió a Antonio Banderas en El cuerpo (2001), una película que quita valor al hecho de la Resurrección. Pero según declaró McKay a Daily Variety, esta Resurrección estará basada en los relatos bíblicos y en los conocimientos históricos, y trata «tanto de Jesús como de los personajes clave» del periodo.
 
McKay y McCord tienen el listón muy alto. Cuando se estrenó La Pasión, Juan Pablo II asistió a un pase privado en el Vaticano y sentenció a los críticos (entre ellos el cardenal Jean Marie Lustiger) con cuatro palabras: «Así es como fue». Habrá que esperar a ver si Benedicto XVI puede decir lo mismo.