El sacerdote Josep Samsó i Elias se convertirá el sábado en la primera persona beatificada en la archidiócesis de Barcelona, a la que pertenecía. Samsó (18871936) «fue un modelo de sacerdote entregado totalmente al ministerio de párroco», han señalado en una carta pastoral los cuatro obispos de las tres diócesis barcelonesas. «Era afable y bondadoso. Era severo consigo mismo, por temperamento y por virtud, pero comprensivo con los demás y dotado de las cualidades de gobierno para regir las comunidades que le fueron encomendadas. Destacó en el ministerio de la caridad y de la catequesis, de modo que el obispo Manuel Irurita dijo: "El doctor Samsó es el primer catequista de la diócesis"», añaden.
Su carácter afable no le liberó de las iras de los comunistas. Fue detenido el 30 de julio de 1936. El primero de septiembre, un grupo de milicianos le sacó de la cárcel para acabar con su vida. Samsó se despidió de sus compañeros de prisión con un «Dios sobre todo» y fue conducido al cementerio de Mataró. Allí quiso abrazar a los que iban a matarlo, perdonó a sus verdugos y se dispuso a morir con los brazos en cruz. Un balazo acabó con su vida y, desde ese momento, comenzó su fama de santidad.