La visita a la de Colonia, cuya comunidad judía fue duramente perseguida durante el régimen nazi, fue muy significativa, ya que era la primera que un Papa, en este caso, alemán pisaba una sinagoga de Alemania.
La visita a la Sinagoga de Roma se realiza 24 años después de la que efectuara Juan Pablo II, el 13 de abril de 1986, al templo judío romano, que fue la primera vez en la historia que un Pontífice católico pisaba una sinagoga.
La visita al Templo Mayor judío romano, cercano al Vaticano, en la ribera del Tíber, se hará con grande medidas de seguridad y hoy ya han sido cortadas al tráficos numerosas calles del gueto romano y anexas a este barrio de la capital.
El cardenal Walter Kasper, presidente de la Comisión de la Santa Sede para las relaciones con los judíos, ha afirmado que la visita se enmarca en la "continuidad" de las relaciones entre católicos y judíos.
Nobert Hofmann, secretario de la Comisión que preside Kasper, precisó que las relaciones tras la declaración "Nostra Aetate, del Concilio Vaticano II -que condena el antisemitismo y reconoce las raíces judías del cristianismo- han registrado "altos y bajos".
Entre los "bajos" señaló el caso del obispo tradicionalista Richard Williamson, que negó el pasado año el holocausto judío, lo que puso en pie de guerra a la comunidad judía internacional y obligó al Papa en primera persona a reiterar la condena de la Iglesia de la Shoah y del régimen nazi.
Además del caso Williamson, la comunidad judía ha mirado con preocupación medidas adoptadas por Benedicto XVI como la liberalización de la misa en latín y la recuperación de la plegaria del Viernes Santo en la que se pedía, antes del Concilio Vaticano, la "conversión" de los judíos.
Aunque Benedicto XVI dispuso que la plegaria fuera cambiada, eliminó la frase de la discordia y ahora sólo se dice "recemos por los judíos", éstos siguen en desacuerdo.
Según el rabino de Venecia, Elia Enrico Richetti, con Benedicto XVI la Iglesia ha cancelando los últimos 50 años de historia del diálogo entre judíos y católicos.
El último escollo de las relaciones ha sido la aprobación por parte de Benedicto XVI de las "virtudes heroicas", primer paso hacia la santidad, del Papa Pío XII, al que los judíos acusan de antisemita y de haber callado durante el Holocausto La comunidad judía italiana expresó su "decepción" y tanto el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni; el presidente de la Unión de Comunidades judías italianas, Renzo Gattegna; y el presidente de la comunidad judía romana, Riccardo Pacifici, reiteraron en una nota sus críticas por los silencios" de Pío XII ante la deportación de los judíos.
Aunque el embajador de Israel ante la Santa Sede, Mordechay Lewy, dijo que el proceso de beatificación de Pío XII es un "asunto interno" de la Iglesia Católica, el Congreso Mundial Judío calificó de "inoportuna y prematura" la decisión papal.
El Vaticano siempre ha negado el supuesto antisemitismo y el silencio del Papa Pacelli y Benedicto XVI ha afirmado en varias ocasiones que Pío XII condenó desde el primer momento el nazismo y que en muchas ocasiones actuó de "manera silenciosa y secreta" para evitar "lo peor" y salvar al mayor número posible de judíos.
Aunque el presidente de la Asamblea judía italiana, Giuseppe Laras, anunció que no acudirá mañana a la Sinagoga de Roma, los dirigentes judíos romanos darán la bienvenida al Papa -al que invitaron- convencidos de que Benedicto XVI apuesta por la continuidad del diálogo, "aunque de tanto en tanto pueda haber algún contratiempo", según dijo Di Segni.
Durante la visita, Benedicto XVI rendirá homenaje a las víctimas judías romanas del holocausto y a las de un atentado palestino en la capital romana en 1982.