José Ignacio Munilla ha reiterado en el diario El Mundo, que no es ni «supermán ni demonio» y que debe «hacer un gran esfuerzo para sanar heridas y vencer desconfianzas», ya que esta labor «no ha de ser cosa de un día».

El prelado asegura que pondrá de su parte lo necesario porque quiere «estar lo más cerca que pueda de las víctimas de ETA» al tiempo que manifiesta que «mientras no haya perdón y conversión no creo en la consecución de ninguna paz».

Respecto a la complicada situación con el clero de la diócesis, munilla ha reiterado que estaba «plenamente consensuado» que los hasta ahora vicarios episcopales tomaran un año sabático a su llegada y que «los cotilleos clericales son auténticamente destructivos».

Sobre su persona, ha asegurado que «no pertenezco al Opus Dei ni soy miembro del Camino Neocatecumenal. Pero le doy las gracias a Dios por estos dos carismas y por tantos otros en el seno de la Iglesia». Una Iglesia que, diagnostica, «necesita buscar caminos para romper la incomunicación».