(ReL) En una carta dirigida al Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el patriarca de Moscú, Alexis II, asegura que se han producido avances en la relación con la Iglesia Católica en temas de común interés para ambas iglesias tales como el papel de la religión en la sociedad, la importancia de la familia y los valores morales. Sin embargo, insiste en quejarse de la actividad misionera católica en terreno ruso así como de la "opresión" que sufren los ortodoxos a manos de los uniatas en Ucrania. La supuesta actividad proselitista de los misioneros católicos y el "problema uniata" son desde hace décadas los dos temas que han sido puestos como excusa por el patriarcado ortodoxo ruso para oponerse a un viaje papal a Moscú. Sin embargo, en esta ocasión el Patriarca Alexis, que se dirigía a un sínodo de 197 obispos ortodoxos, ha puesto más énfasis que nunca en la colaboración entre católicos y ortodoxos en todo lo relacionado con la defensa de la moral cristiana, la familia traidiconal y el rol de la religión en la vida social de las naciones europeas. Desde la Iglesia Católica se valora el cambio de actitud que lleva a buscar más los puntos de unión que los conflictos. Roma mantiene que en realidad los misioneros católicos no buscan la conversión de los ortodoxos practicantes sino de aquellos que no están bautizado o están completamente alejados de la vida religiosa. La cuestión uniata es de más dificil solución debido al temor de las iglesias ortodoxas de que Roma quiera imponer el modelo uniata sobre ellos. Los uniatas son cristianos de rito oriental (greco-bizantino o eslavo) en comunión con el Obispo de Roma.