En la Iglesia cada día miles de sacerdotes repartidos por todos los rincones del mundo se dejan la vida para llevar el Evangelio a la sociedad de hoy, muchas veces en medio de grandes tribulaciones. Realizan su misión ya sea en la Europa secularizada de las grandes urbes o las envejecidas zonas rurales, en el continente africano donde el catolicismo crece pese a las dificultades, en Asia y su minoría valiente, o en América donde la Iglesia resiste grandes envites.
En muchos de estos lugares cientos de sacerdotes se ven obligados a trabajar en solitario realizando un trabajo prácticamente sobrehumano para poder cumplir su misión. Y necesitan la oración de sus hermanos para ser sostenidos en esta labor crucial que les han encomendado sus obispos.
Si importante es la ayuda material y física a los sacerdotes, lo es incluso más la espiritual. La oración por los sacerdotes les proporciona un escudo para el combate, y un bastón donde apoyarse cuando su misión se pone cuesta arriba.
Una campaña de oración por los sacerdotes
De esto es consciente la Fundación CARF (Centro Académico Romano Fundación). Fue precisamente creada para ayudar en la formación mediante becas a seminaristas y sacerdotes de países donde la Iglesia tiene pocos recursos o es perseguida, y desde 1989 ha ayudado a miles de ellos que hoy desarrollan su labor por todo el mundo.
Para seguir ayudándoles en su misión, CARF ha lanzado una campaña de oración por los sacerdotes. Se trata de una carta en la que se les anima a seguir con su misión y en el que se reza específicamente por ellos. (Puede firmar la carta pinchando AQUÍ).
"He tenido la gracia de conocerte"
“Gracias amigo, por ser sacerdote, Yo rezo por ti. Porque comprendo que te pareces a mí. Y a la vez, eres tan diferente. Tienes a Cristo metido en tu alma, que me ve a través de ti y me bendice y perdona”, empieza esta misiva.
El texto prosigue diciendo: “Porque también tienes tu propia lucha espiritual. Eres atacado por los que no te comprenden o hablan mal de ti. Porque cargas con tus problemas y con los míos y por eso es justo que lleves, en tu alma, mis oraciones y mi afecto".
Y acaba: “Porque siempre me has dado los mejores consejos. Has estado presente en los momentos más importantes de mi vida. Y he tenido la gracia de conocerte. Yo rezo por ti”.
Si quiere colaborar firmando esta carta pinche aquí. Para conocer mejor la misión de CARF, hágalo aquí.