La Leyenda Negra, que se ha transmitido durante siglos y llega hasta nuestros días, ha culpado a España de genocidios en América y de perpetrar sangrientas matanzas contra los indios. Los hechos han demostrado que no fue así y que en realidad la violencia y los sacrificios humanos estaban muy extendidos en la época precolombina, algo que pudieron apreciar los primeros conquistadores. Además, para liberarse del yugo de la opresión muchos de estos grupos se aliaron con los españoles que llegaron.
Un ejemplo de lo que ocurría antes de la llegada de los conquistadores acaba de ser descubierto en la ciudad peruana de Huanchaquito-Las Llamas, en el norte del país. National Geographic ha lanzado en exclusiva el hallazgo de los restos de unos 140 niños mirando hacia el Océano Pacífico y lo han calificado como “el mayor sacrificio de niños de América, y probablemente de la historia mundial”.
Según informa ABC, el descubrimiento fue llevado a cabo por el doctor Gabriel Prieto de la Universidad Nacional de Trujillo en el año 2011 mientras dirigía una excavación. Entonces, habitantes de la localidad le dijeron que habían aparecido restos humanos cerca del mar.
Los investigadores habían logrado rescatar de la tierra hasta el momento los restos de unos 140 niños y más de 200 llamas. Se cree que fueron sacrificados durante el siglo XV, entre el 1400 y el 1450.
Los hechos se produjeron por tanto décadas antes de que Pizarro llegara al actual Perú. Según los expertos, la acción debió ser llevada a cabo por los chimús, una cultura precolombina que cayó bajo el yugo de los incas en torno al año 1475. “El descubrimiento de un sacrificio infantil a gran escala en la poco conocida y precolombina civilización chimú no tiene precedentes en el continente americano y puede que tampoco en el mundo”, explicó Kristin Romey, autora del artículo publicado en National Geographic.
Entre los restos de los niños y animales sacrificados se han encontrado también huellas de distinta procedencia: de niños, adultos, perros o llamas (estas últimas tienen marcas de deslizamiento, lo que indica que opusieron resistencia). Gracias a esto se ha conseguido averiguar cómo se llevó a cabo el sacrificio. De este modo, ahora sabemos que las víctimas fueron conducidas hacia las cercanías del océano para ser ajusticiadas. Los restos encontrados han demostrado que abrieron el pecho de las víctimas, probablemente para sacarles el corazón.
Haagen Klaus, antropólogo de la Universidad George Mason, añade además en el artículo que las sociedades asentadas en torno a la costa del norte de Perú comenzaron a sacrificar niños cuando el sacrificio de adultos no era suficiente para detener las constantes alteraciones producidas por el fenómeno climático de El Niño. “La gente sacrifica lo que más valora. Puede que vieran que el sacrificio adulto era ineficaz. Las lluvias continuaban y anegaban las infraestructuras agrícolas de los chimúes. Puede que hubiera la necesidad de probar con un nuevo tipo de víctima”, afirmó Klaus.