- Creo firmemente que nuestra mejor arma es ser una gran familia todos unidos: hombres, mujeres, mayores, pequeños, de fuera, de dentro...
- ¡BASTA! de agresiones, humillaciones, marginaciones o exclusiones, de violencia. No solo a las mujeres, sino en definitiva a los más débiles: ancianos, no nacidos, enfermos, discapacitados...
- Creo firmemente en un mundo donde lo que vale no es lo que uno hace, sino lo que uno es. ¡BASTA! de exponer el sexo como lo mejor de todo e incluso como lo único. Fuera las sociedades hipersexualizadas. El sexo tiene su papel, y no debe ser ensalzado por encima de eso... Lo que nos ayudará a redescubrir el verdadero profundo y hermoso papel del sexo.
- Que nadie me impida que mi familia sea lo primero... Ni trabajo, ni "carreras profesionales"... No pongo ahí mi ser y mi vida, sino en quienes más amo. A ellos quiero proteger y servir. Las tareas domésticas construyen hogar y, por lo tanto, deben ser valoradas y compartidas en la medida en que en el matrimonio se viva la unidad y reciprocidad de amor.
- Denuncio la dificultad de conciliar horarios, especialmente los de los hombres, pero no solo... Para poder sacar adelante hijos sanos, con familias estables y fuertes, donde estos hijos se apoyarán más adelante.
- Pido abiertamente una política que apoye a las familias como célula básica de la sociedad.
- No necesito tener puestos más altos para sentir que mi tarea es la más importante... Creo que todos cumplimos un papel en la sociedad. Esto implica que también la sociedad necesita que las mujeres aporten su granito de arena, su visión propia sobre los negocios, etc. Afirmar que el hombre y la mujer son diferentes solo debe implicar que son complementarios (y no que tengan diferentes derechos y deberes).
- Defiendo el derecho a la libertad de creencia y de expresión... No quiero tener miedo al salir a la calle por ser católica. No quiero tener que "esconder" mis creencias porque sean algo" privado". Quiero vivir de forma transparente.
- Que pueda educar a mis hijos como me dé la gana, llevarles al colegio que me dé la gana, y que el Estado no me imponga su adoctrinamiento en asignaturas obligatorias laicistas y anticatólicas...
- Yo no tengo un cuerpo (eso contribuye a la objetivización de la mujer), yo soy un cuerpo... Y como tal debe ser respetado y cuidado por todos, incluso por mí misma. Y el cuerpo de otro no es mejor ni peor que el mío (incluidos los cuerpecitos que puedan estar dentro de mi vientre y de todos los vientres). Abogo porque los vientres no se conviertan en tumbas.
¡VIVA LA HUELGA DE LA LIBERTAD! Pero de la libertad de verdad, no de la que nos quieren vender.
8 de marzo de 2018
***
Contactada por ReL, Virginia Wollstein nos habla del ejemplo de mujeres que la han ayudado y ha admirado: la Virgen María, Santa Rita de Casia (con una complicada historia familiar) y la beata Chiara Luce Badano, que murió joven contagiando alegría y esperanza. Virginia, que sigue de cerca el mundo de las crisis migratorias, admira el trabajo de Helena Maleno con los migrantes ("me ha impresionado su rectitud de principios y valentía para defender a los más débiles", nos dice).
Virginia ha estudiado Bellas Artes, con un master de profesorado de secundaria. Nos explica lo que le movió a publicar su manifiesto en Facebook: "Me animó a escribir este manifiesto el hecho de que no me identifico con las razones que han impulsado la huelga para este 8 de marzo. Creo que muchas mujeres pueden sentirse igual que yo. No se puede reducir el Día Internacional de la Mujer a lo que opinan unas pocas".