La presidenta de la Federación, Marisa Pérez Toribio, señaló que «la expresión “formación en salud sexual y reproductiva” es un burdo eufemismo» usado para imponer «un modelo de educación sexual muy concreto (…) que se traduce en el fomento de las relaciones sexuales precoces, de la promiscuidad sexual, del uso del condón y de la píldora postcoital y, en último término, de la práctica del aborto».
 
«Esa es, en síntesis, la educación sexual que, con total desprecio del criterio que podamos tener al respecto, se les quiere transmitir a nuestros hijos a partir de los 11 años», expresó.
 
España Educa en Libertad exigió al Estado respetar el derecho de los padres a decidir la formación moral y religiosa de sus hijos, pues son «los padres a quienes compete decidir cuándo iniciar la educación sexual de los hijos, qué contenidos abordar en cada etapa de su desarrollo y qué orientaciones de índole moral se les han de transmitir».
 
Pérez Toribio reafirmó el derecho de los padres a objetar de conciencia «las medidas en el ámbito educativo» impuestas por la ley del aborto, la cual, junto a «los actuales currículos de Educación para la Ciudadanía se complementan, porque unas y otros forman parte de un mismo proyecto de transformación de nuestra sociedad».