(La Razón) Sobre los miembros de la Comisión Permanente aleteaba ayer cierta inquietud ante los cambios previstos en la Curia vaticana, sobre todo en la medida en que podrían afectar a alguno de los prelados españoles. Ayer, la Santa Sede hacía publico el nombramiento de Rino Fisichella como presidente de la Pontificia Academia de la Vida, en sustitución de Elio Sgreggia. Para la próxima semana está previsto que el Papa acepte la renuncia, por motivos de edad, del vicario para Roma, el cardenal Camillo Ruini, que será substituido por el prefecto de la Signatura Apostólica, el cardenal Agostino Vallini. No serán los únicos cambios por motivos de edad. También el cardenal José Saraiva, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, espera ser substituido, al igual que el prefecto para el Culto Divino, el cardenal Arinze, en este caso, por un cardenal español. Así, la Iglesia de nuestro país recuperará una representación de alto nivel en Roma, en una congregación que puede ser clave en este pontificado, dada la importancia que Benedicto XVI está dando a la liturgia. El último español en ocupar un dicasterio, en aquel caso un pontificio consejo, fue el cardenal Herranz, que estuvo al frente de Textos Legislativos hasta febrero del año pasado.