“Las leyes que ustedes promulgan y aplican deberían construir puentes de diálogo entre diversas perspectivas políticas”, así animó el papa Francisco a los legisladores católicos, según informa la agencia Zenit.
El papa Francisco ha recibido en el Vaticano a los participantes en la Conferencia de la Red Internacional de Legisladores católicos (ICLN), y brindó una cordial bienvenida al fundador, el Cardenal Christoph Schönborn y a Christiaan Alting von Gesau, presidente de esta red de parlamentarios católicos de todo el mundo.
“Las leyes que ustedes promulgan y aplican deberían construir puentes de diálogo entre diversas perspectivas políticas, también cuando responde a precisas finalidades en orden a promover un mayor cuidado hacia los indefensos y los marginados, en especial hacia los muchos que están obligados a dejar su patria, así como en orden a favorecer una correcta ecología humana y natural”, señaló el Papa.
El Pontífice hizo hincapié en las enseñanzas de la Iglesia y en el compromiso que los aúna para “construir una sociedad más humana y justa”, con “leyes que impulsen puentes y diálogo”, amparando a los más necesitados y a los migrantes: “Al tiempo que la contribución de la Iglesia en las grandes cuestiones de la sociedad de nuestro tiempo, a menudo puede ser puesto en discusión, es vital que vuestro compromiso esté impregnado continuamente por sus enseñanzas morales y sociales, con el fin de construir una sociedad más humana y justa.”
La Red Internacional de Legisladores Católicos fue fundada en el año 2010 por el cardenal Christoph Schönborn de Viena y el parlamentario británico Lord David Alton. La organización reúne a los legisladores católicos para debatir sobre diferentes asuntos de interés común y compartir ideas sobre la mejor manera de llevar su fe común a su trabajo en favor del bien común.
En este encuentro, el Papa subrayó su deseo de hablar sobre “la visión cristiana de la persona humana”, y alentó a los legisladores a que “cuando vuelvan a sus respectivas naciones, hagan referencia a los frutos de sus reflexiones sobre cómo la fe católica conduce a una comprensión justa de la persona, que se debe aplicar según todos los aspectos del gobierno y de los procesos decisionales”.
El Papa concluyó su saludo con la exhortación a testimoniar el Evangelio de Jesucristo en el mundo y encomendando a todos los pueblos a la Madre de Dios: “En medio de los sufrimientos de los pueblos, los exhorto a mirar a Cristo, cuyo amor les inspirará para hacer que el Espíritu, a través de un intercambio de dones, pueda conducirlos cada vez más a la verdad y al bien.
Que puedan llevar siempre en su trabajo profesional la noticia de Jesús, de que nadie es insignificante, nadie debe ser descartado en cualquier fase de su vida. Los encomiendo a ustedes y a las poblaciones de las que son servidores a la protección de la Virgen, Madre de la Iglesia y con gusto les imparto la bendición apostólica”.