Esta semana se presentó en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, de los Legionarios de Cristo, la película El jardinero de Dios, que recrea la vida del monje agustino Gregor Mendel (18221884), padre de la genética moderna. Su papel lo interpreta Christopher Lambert, de 52 años y célebre, sobre todo, por la saga de Los inmortales.
«Estudié mucho sobre Mendel antes de realizar este papel. Admiro su fe y su convicción. El jardín era su pasión y así ha hecho uno de los descubrimientos más grandes de la ciencia», declaró Lambert a Carmen Elena Vila en una entrevista para la agencia Zenit. Además, el actor neoyorkino, de origen francés (su padre era un diplomático con destino en Estados Unidos), subrayó que Mendel entendió que su descubrimiento era también «peligroso» por las potencialidades que encerraba. En uno de los pasajes del film Mendel comenta con uno de los monjes del monasterio su temor de que en el futuro pudiese seleccionarse a los seres humanos.
En la presentación, junto al directora Liana Marabaini y otros miembros del staff de producción, estuvo presente Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura. La película, explica Zenit, «busca acentuar la vocación sacerdotal del padre Mendel, en particular su lazo con Jesús y su amor a la Iglesia, así como a sus cualidades pastorales». Y recoge, de hecho, el apoyo que el científico recibió del Papa Pío IX.
Las leyes de la genética fueron descubiertas por Mendel como resultado de varios años de trabajo en su jardín cultivando y cruzando plantas de guisantes. Con ellas se dio un paso de gigante en el estudio de la herencia de los caracteres y rasgos de las especies.