(Agencias/ReL) El papa Benedicto XVI solicitó ayer a todos los italianos, inmersos ahora en un tenso debate sobre la inmigración, que muestren solidaridad con aquellos que llegan al país en busca de una vida mejor. Benedicto XVI realizó esta petición durante un viaje a Brindisi, en el sur del país, y tradicional refugio histórico de inmigrantes. "En los últimos años, los periódicos y la televisión nos han mostrado imágenes de los refugiados aterrizando en Brindisi desde Croacia, Montenegro, Albania y Macedonia", explicó a una multitud concentrada ayer por la noche en el centro de la ciudad, a la que agradeció su generoso comportamiento con los recién llegados. En su tradicional homilía dominical, celebrada en un puerto tristemente famoso durante la década de los 90 al recibir a los numerosísimos inmigrantes procedentes de los Balcanes, Benedicto sacó a colación temas como la compasión cristiana, "que no tiene nada que ver con el pietismo", apuntó el Santo Padre. "Al contrario, es sinónimo de solidaridad", destacó el Sumo Pontífice. La inmigración se convirtió en uno de las cuestiones más polémicas de las elecciones generales del pasado mes de abril en Italia, en las que Silvio Berlusconi se alzó con la victoria, aliado con la Liga Norte y el partido conservador Alianza Nacional.