Dentro de la ola de atentados perpetrados en Irak, este jueves un grupo de extremistas musulmanes atentó contra una iglesia y un convento católicos en la ciudad de Mosul. Afortunadamente no hubo víctimas, según recoge ACI.
Según indica el sacerdote dominico Yousif Thomas Mirkis, uno de los ataques afectó gravemente el convento de Santa Teresa, ubicado en el distrito de Mosul Jadida. «Estos ataques buscan forzar a los cristianos a dejar el país», denunció.
De otro lado y tras el ataque a la Iglesia de San Efrén, el vicario George Basman declaró a AFP que «ya no podemos rezar allí» y comentó que «no hubo bajas porque es un día laborable».
Estos dos atentados son parte de una serie de ataques que han cobrado la vida de al menos siete personas y han dejado heridas a otras 42.
En el año 2003, Irak tenía una población cristiana de aproximadamente 800 mil personas. Actualmente, ese número se ha reducido a menos de 300 mil, debido a la emigración.