Contrariamente a las voces difundidas hace algún tiempo, el cardenal Vinko Puljić, arzobispo de Sarajevo y presidente de la Conferencia Episcopal Bosnia, no se encuentra en Roma estos días para discutir la cuestión de las controvertidas apariciones de Medjugorje.
Lo declaró a la agencia Zenit el propio cardenal: «Lo que sucede en Medjugorje – afirmó el cardenal Puljić – es de la competencia del obispo de Mostar, monseñor Ratko Peric, y de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Nosotros esperamos sugerencias y propuestas sobre cómo acompañar este fenómeno en cuanto que obispos de la Conferencia Episcopal, y creo que la Santa Sede quiere actuar en este sentido».
«Ya en la declaración sobre Medjugorje de la entonces Conferencia Episcopal de Yugoslavia, que se remonta al 10 de abril de 1991, tras haber explicado que no se podía constatar nada de sobrenatural en lo que sucedía, se afirmaba la necesidad de asistir a nivel pastoral, bajo la responsabilidad del párroco y del obispo local, a todos aquellos que se dirigen a rezar en este lugar».
«Espero que la Santa Sede dé indicaciones sobre las confesiones y las celebraciones eucarísticas – añadió –. Y quizás también sobre la constitución de una comisión que siga el fenómeno, registrando los contenidos de las apariciones y de los mensajes, teniendo en cuenta que hasta hoy son más de treinta mil».
En el libro publicado por el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de Benedicto XVI y ex secretario de esta Congregación vaticana, L´ultima veggente di Fatima (La última vidente de Fátima, ndt), se lee que «las declaraciones del obispo de Mostar reflejan una opinión personal, no son un juicio definitivo y oficial de la Iglesia. Todo se ha remitido a la declaración de Zara de los obispos de la ex Yugoslavia del 10 de abril de 1991, que deja la puerta abierta a futuras investigaciones. La verificación debe, por ello, seguir adelante. Mi entras tanto se permiten las peregrinaciones privadas con un acompañamiento pastoral de los fieles. Finalmente, todos los peregrinos católicos pueden dirigirse a Medjugorje, lugar de culto mariano donde es posible expresarse con todas las formas devocionales».
Es una realidad que el fenómeno de Medjugorje continua atrayendo a miles de peregrinos, reconoce el cardenal Puljić. «Rezar no es pecado – afirma el purpurado con una sonrisa – Hay muchas hermosas presencias que han generado también conversiones y vocaciones sacerdotales o religiosas. Son frutos de la oración: donde el hombre reza con fe, Dios da os frutos de su Gracia».
«Rezar en los santuarios marianos – explicó el cardenal Puljić – forma parte de la identidad de nuestros fieles católicos. En el transcurso de los acontecimientos problemáticos de nuestra historia, nuestra gente se ha vuelto a encontrar en los diversos santuarios de la región para pedir consuelo, luz, esperanza y la Virgen es un signo para nuestra fe».