A pesar de que en este «biopic»  de Jaime Gil de Biedma firmado por Sigfrid Monleón sus versos comparten protagonismo con las caras más populares de la «gauche divine» catalana y su prolífica vida sexual, con algunas secuencias sumamente explícitas como una masturbación masculina en primer plano. Lo más sorprendente es que la comisión visionó dos tráilers, uno más «light» y otro de alto voltaje, con desnudos y orgías incluidos, y calificó ambos como «recomendados para mayores de 7 años», como ha podido saber LA RAZÓN de fuentes cercanas a sus creadores.


Ya que la cinta se estrena el 15 de enero, durante las próximas semanas, aquéllas en las que las butacas están repletas de público familiar, el tráiler podrá ser exhibido en las salas, por ejemplo antes de cintas como «Luna nueva» o «Cuento de Navidad» con las que comparte calificación. Como LA RAZÓN detalló en un artículo el pasado martes, el filme sigue los pasos del escritor desde 1959, cuando alterna su vida literaria con un trabajo como ejecutivo de la Compañía Tábaco de Filipinas, hasta 1989, cuando realiza su última lectura poética a pocos meses de su muerte, pues había sido infectado por el VIH. Tras un pase privado en Barcelona, el director manifestó a este diario que no creía haber cargado las tintas en las escenas explícitas, ni en la homosexualidad del poeta: «Subrayamos las relaciones de Gil de Biedma con Bel (Bimba Bosé) o con una marquesa», señalaba Monleón. El filme podrá, además, optar a los Goya, pues estará en cartel durante una semana consecutiva en salas del sur de España, antes de su lanzamiento definitivo en enero con unas 140 copias.

Durante estos pases previos algunos distribuidores manifestaron que la cinta estaba en el límite entre la calificación de mayores de 18 años y la «X». Sólo un filme tan polémico como  «Luna caliente», de Vicente Aranda, y la cinta germana «Pandorum» han sido calificadas este mes como sólo para adultos. Estas calificaciones contrastan con el discurso de la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, que, en muchas de sus intervenciones desde que accedió al cargo, ha hecho especial hincapié en su interés por proteger a la infancia de ciertos contenidos.

El documento de calificación, que en España se trata tan sólo de una recomendación, aunque es de obligada publicación, debe firmarla, Ignasi Guardans, director general del ICAA (Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales), como presidente del órgano, aunque acostumbra a no participar en las deliberaciones y respetar las decisiones de los especialistas. Quizá por eso, recientemente Guardans ha admitido que cuando se renueven los miembros del comité –el próximo mes de enero– primarán los candidatos con más conocimientos sobre la infancia que no aquellos especialistas puramente cinematográficos. En junio también manifestó su intención de modificar las franjas actuales: «Especialmente recomendada para la infancia», «para todos los públicos», «no recomendada para menores de siete años», «+13», «+18» y «película X», e introducir una nueva categoría: «No recomendada para mayores de 16 años», lo que, para algunos, supodría en la práctica rebajar la edad desde los 18 hasta los 16. De igual manera, se pretende homologar las calificaciones que un filme tenga en cualquiera de los países de la UE. La medida sigue en estudio y tendrá su plasmación normativa en breve, según ha confirmado recientemente el ICAA. En estos momentos, las comunidades autónomas tienen potestad para  crear sus propios comités y que su deliberación sea aplicable en el resto del Estado, aunque sólo algunas, como Cataluña, que dado su alto nivel de producción cuentan con su propio comité de «censura».


Este fin de semana se repetirá en la Academia de Cine los pases para la industria que ya se celebraron la semana pasada en Barcelona. Después de uno de ellos, LA RAZÓN tuvo la oportunidad de pulsar la opinión de algunos ilustres amigos. Una de sus sobrinas, la periodista Inés García-Albí, quien en estos días trabaja precisamente en un documental sobre su tío, confesaba tras la proyección que «echo de menos en la película al hombre vitalista que él fue. Aquí sale como un personaje muy triste y amargo cuando él siempre llenaba una habitación con su alegría. El recuerdo que tengo de Jaime Gil de Biedma es el de un hombre muy alegre». Otra sobrina del autor, Pilar Aguirre –hermana de la presidenta de la Comunidad de Madrid–, confesó al productor y al realizador de «El cónsul de Sodoma» que había llorado tras ver la película, informa Víctor Fernández. Según ha podido saber LA RAZÓN, su hermana Esperanza también ha sido convocada esta semana a un pase privado en Madrid para que conozca de primera mano el contenido de este ya polémico «biopic» sobre su tío.