Un total de 178 personas agrupadas bajo la denominación de «Kristau Taldea» (Grupo cristiano) han difundido un comunicado dirigido «a la comunidad cristiana de Guipúzcoa», en el que opinan que el proceso seguido para el nombramiento de José Ignacio Munilla como nuevo obispo de San Sebastián «ha carecido de transparencia y verdad». El prelado tomará posesión de su cargo el próximo 9 de enero.
 
«Sospechamos que este nombramiento estaba previa y estratégicamente diseñado, sin tener en cuenta a nuestra comunidad diocesana, adulta y comprometida», señala la nota de los cristianos firmantes, que se sienten «minusvalorados, engañados y tratados como menores de edad» y dicen sentir «no sólo preocupación, sino un profundo dolor e indignación», informa Efe.
 
Muestran su «desazón» porque, a su juicio, cuando Munilla desarrolló su ministerio pastoral en Zumarraga «mostró una desafección manifiesta hacia las líneas pastorales diocesanas» y es percibido por muchos «como alguien que va a cambiar el rumbo de la diócesis» y será un «verdadero freno» a la experiencia de «renovación eclesial».
 
Recuerdan, en este sentido, que a la luz del Concilio Vaticano II la diócesis de San Sebastián ha vivido una renovación de la vida cristiana y que los obispos de las últimas décadas, «verdaderos pastores, queriendo ser fieles a la realidad social y al Evangelio, han marcado una trayectoria para acompañar a un pueblo que, ante el doloroso problema de la violencia, busca la paz y la reconciliación».
 
También subrayan que por ello se ha configurado un modelo plasmado en el documento «Una Iglesia al servicio del Evangelio», que recoge el dinamismo de esta comunidad, en la que se han ido renovando las estructuras, con la participación de laicos, religiosos y sacerdotes, con presencia de la mujer en responsabilidades eclesiales y con la creación de grupos de lectura u otras iniciativas.
 
Dicen que, aunque su confianza en la jerarquía de la Iglesia ha resultado «seriamente herida», esperan que el nuevo obispo sea un pastor al servicio de toda la comunidad cristiana de Guipúzcoa, respete la trayectoria de la diócesis y «no se precipite en tomar decisiones que creen mayor división» en una «comunión ya deteriorada».
 
También piden a los cristianos de este territorio que acojan con responsabilidad al nuevo obispo, en una «actitud de crítica constructiva y fraterna», y concluyen su misiva con dos citas, una del Papa San León Magno que dice «el que debe ser puesto a la cabeza de todos debe ser elegido por todos» y otra de una carta pastoral del Episcopado de Austria en la que se señala que los obispos no deben ser nombrados «contra, sino para una Iglesia local».

Por su parte, el obispo electo de San Sebastián aseguró ayer que no ve lógicas las críticas recibidas por parte del mundo nacionalista contra su nombramiento y se mostró convencido de que «este tipo de incomprensiones no parten de la realidad, sino de precomprensiones erróneas que nos hemos hecho».

En declaraciones a Radio Euskadi, recogidaspor el Diario Vasco, Munilla recordó que en su labor como párroco de Zumarraga durante años tuvo una «buenísima» relación con muchos católicos de sensibilidad próxima al PNV, que «han sido muy colaboradores y que lo están siendo». «Yo jamás he percibido ningún tipo de diferencia entre unos y otros», explicó.
 
Por ello, se mostró abierto a comunicarse con todos y a aceptar las críticas «justas o injustas» que se viertan contra su nombramiento y su labor al frente de la iglesia guipuzcoana. «En mi corazón no va a caber ningún tipo de herida que me incapacite para hablar y dialogar con las personas que mantienen unas ciertas incomprensiones. Todo lo contrario, quisiera hablar más todavía con aquél que haya podido tener una percepción contraria a mi llegada», dijo.
 
Monseñor Munilla aseguró que el día que tome posesión de su cargo no se va a «envolver en la bandera» de quienes le apoyan, sino que estará ofrecido a todos y muy especialmente a los que tiene una «recepción más recelosa». «Espero que ese día no sea de los incondicionales, sino de la diócesis de San Sebastián», añadió.
 
El obispo recordó que, tras llegar de Palencia, donde las cosas están «mucho menos politizadas», ha percibido que en su tierra natal «tenemos un ambiente demasiado politizado». Por este motivo, pidió tener libertad en la expresión de la fe católica y el Evangelio, «sin que inmediatamente eso sea leído en la clave política de ´esto a quién favorece y a quién perjudica´».

Por otra parte, el prelado dirigió ayer una carta a los fieles de Gipuzkoa en la que se pone «incondicionalmente» a su disposición y les pide ayuda para desarrollar la tarea que le ha sido encomendada. En la misiva, publicada en la página web del Obispado de San Sebastián, Monseñor Munilla agradece al Papa la confianza depositada en él, de la que dice sentirse «indigno», y al prelado donostiarra al que sustituirá, Juan María Uriarte, «por su acogida paternal» y «sus sabios consejos».
 
El obispo recuerda a los feligreses que él es «hijo de la diócesis» de la capital guipuzcoana, donde creció y estudió. Explica que al presentarse ante los fieles no lo hace en nombre propio, sino como enviado de la «madre Iglesia», y que con este primer contacto quiere iniciar una comunicación «lo más personal y directa posible».
 
La designación sigue suscitando numerosas reacciones. Ayer, un grupo de 178 cristianos de Gipuzkoa criticó la designación de José Ignacio Munilla ya que entienden que no se ha tenido en cuenta a la comunidad diocesana, por lo que se sienten «engañados» y viven este proceso con «un profundo dolor e indignación».
 
Estas personas, agrupadas bajo la denominación de Kristau Taldea difundieron un comunicado dirigido «a la comunidad cristiana de Gipuzkoa», en el que consideran que el proceso seguido para el nombramiento «ha carecido de transparencia y verdad».