Gadafi así lo manifestó en una reunión mantenida el lunes en Roma con 200 mujeres jóvenes, a las que animó a convertirse al islám, según informó la agencia Ansa, una de cuyas colaboradoras se infiltró entre las asistentes.
 
«¿Vosotras creéis que Jesús fue crucificado? Pues no lo fue. Lo tomó Dios y lo llevó al Cielo. Crucificaron a otro que se le parecía», afirmó Gadafi en la charla ofrecida anoche a 200 italianas en la residencia del embajador libio en Roma, donde se encuentraba para participar en la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre el hambre, informa Efe.
 
Gadafi aseguró que los judíos «intentaron matar a Jesús porque él quería llevarles de nuevo sobre la vía justa de la religión de Moisés». «Jesús fue enviado para los judíos, no para vosotros. Mahoma, por el contrario, fue mandado para todos los seres humanos. Por ello, quien va en una dirección diferente a la de Mahoma está equivocado. La única religión de Dios es el Islam y quien profesa una religión diferente del Islam está equivocado y perderá», afirmó.
 
Según la periodista infiltrada Paola Lo Mele, que colabora con Ansa, el líder libio pidió a una agencia de azafatas de congresos italiana que invitase a 200 mujeres a un acto en la residencia del embajador en Roma y exigió que éstas tuvieran entre 18 y 35 años, superaran los 1,65 metros de estatura y fueran vestidas sin minifaldas ni escotes pronunciados.
 
A las jóvenes, de las que se han publicado fotografías cuando llegaban en autobuses al lugar del encuentro, se les entregó una copia del Corán y del Libro Verde de Gadafi, así como cerca de 60 euros por asistir al encuentro.
 
Cuando llegó Gadafi, las mujeres -según les indicó la organización- se levantaron, le aplaudieron y le sonrieron varias veces.
 
El líder libio habló en árabe y, al final de la charla, que duró una hora, las mujeres abandonaron la residencia, muchas de las cuales se quejaron de que no les dieron «ni agua para beber».
Según los testimonios de algunas de ellas, el líder libio criticó el modo en el que se ve a la mujer en Occidente, donde «se convierte en un mueble que el hombre coloca dónde y cómo quiere».