Cuenta Norberto Javier en La Gaceta que las graves crisis de ansiedad que impedían al futbolista Jesús Navas desarrollar en plenitud su carrera deportiva han sido superadas gracia a dos factores fundamentales: su fe y la familia. De hecho, el escurridizo pelotero (mide 1,60 y pesa 60 kilos) ha logrado realizar su mejor regate con un santo y seña que lleva bordado en sus botas: «Dios es amor», mismo título de una de las encíclicas del Papa Benedicto XVI. Con este lema saltó al Vicente Calderón la pasada semana en el partido contra la selección de Diego Armando Maradona, a quien muchos consideran un dios con su propia Iglesia y credo.
Según se detalla, Navas siempre ha oído en su entorno que «todo se lo debemos a Dios, todo nos lo ha puesto él, todo debemos agradecérselo a él». Y esa ha sido su fuerza.
Jesús Navas debutó en primera división a los 17 años y ya ha logrado dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa, marcando en todas las competiciones. Y, por fin, ha lorado debutar en la selección española.