Menos del cinco por ciento de la población de Oriente Próximo y África septentrional se declara seguidora de Jesús de Nazaret. Este colectivo supone, apenas, una cuarta parte de los cristianos que habitaban esta zona hace un siglo. ¿Motivos? Hay muchos, aunque destaca la intolerancia hacia los cristianos. En este contexto nació, a mediados de los 90 del siglo pasado, Sat 7 (www.sat7.org), con el objetivo de explicar la fe cristiana y sus valores a los telespectadores de la cadena, 200 millones de personas en su mayoría de credo musulmán. Además, Sat 7 compite con más de 300 canales de televisión de países árabes.
Sat 7, que distribuye su señal por satélite, emite 24 horas de programación diaria, a través de cuatro canales y en tres lenguas: árabe, persa (farsi) y turco. Según el director ejecutivo de la emisora, Terence Ascott, «en el mundo árabe, sólo un 11% de la población tiene acceso a Internet, y la conexión suele ser lenta e inapropiada para la descarga de vídeos. Además, las autoridades bloquean las páginas que no les gustan». Por este motivo, Sat 7 no distribuye su señal a través de la Red.
La parrilla de programación incluye coloquios con expertos sobre cuestiones que atañen a la vida y la fe, la celebración eucarística, magacines y concursos. Además son muy populares los documentales sobre historia bíblica. También se informa sobre acontecimientos actuales como fue la visita de Benedicto XVI a Jordania e Israel en mayo de 2009. Y para niños y jóvenes –un grupo que sintoniza con especial frecuencia esta televisión– existe desde diciembre de 2007 un canal especial llamado Sat 7 Kids, que emite programas infantiles, reportajes sobre el mundo árabe y documentales pensados para esta franja de edad. Sat 7 no aborda temas políticos.
Gracias a este tratamiento de la información, el canal ha ganado una considerable reputación entre la audiencia y las autoridades. A este hecho contribuye que Sat7 produce casi el 80% de su programación en Oriente Próximo y financia la puesta en marcha de estudios de televisión en Egipto y Líbano. Además, dos tercios de sus 170 empleados son nativos de los países de la región.
Para el canal, el servicio de atención a los telespectadores resulta imprescindible. Según señala Terence Ascott, «en 2008 registramos en todos los canales un enorme aumento en la respuesta por parte de la audiencia». Casi 25.000 personas se dirigieron a los colaboradores de Sat 7 con preguntas, observaciones críticas o, simplemente, manifestando su gratitud por la programación, junto a promesas de oración por la labor de los redactores. Estas llamadas, cartas, correos electrónicos y mensajes son para los productores un indicador fundamental de la aceptación de su canal.
El principal reto para los responsables de Sat 7 es la financiación de la cadena, para lo que necesitan colaboración económica de instituciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada. Uno de los principales campos de acción de la institución fundada por el P. Werenfried van Straaten es la ayuda al desarrollo de medios de comunicación católicos, campo en el que se inserta esta colaboración con Sat 7, un oasis televisivo cristiano en medio del Islam.