El secretario general de la Conferencia Episcopal Española y obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, ha inaugurado los Desayunos Informativos de CEU, centrando su información en el derecho a la vida, del que ha repetido hasta la saciedad que es «uno de los pocos principios éticos absolutos» por ser la vida «un bien público de primer orden» y que «el Estado no puede imponer una moral a todos, ni aunque fuese la católica».

La fundamentación de este deber de preservar la vida estriba, según ha explicado el prelado, en la «dignidad inviolable de todo ser». Dignidad que se sustenta en que «el ser humano es un fin en sí mismo» y nunca «un objeto o un medio», ya que «no está cerrado sobre sí y es querido por el absoluto». En concreto, desde la perspectiva cristiana, Martínez Camino ha recordado que el ser humano «participa de la naturaleza divina del Hijo de Dios».

Del mismo modo, el prelado ha destacado que no se pueden poner plazos para determinar la naturaleza humana del nuevo seer, puesto que «la concepción es el momento de aparición de un cuerpo humano distinto de los padres que se desarrolla, pero dentro de una continuidad fundamental», por lo que no cabe enunciar términos como «prehumano». Esta concepción, más allá de teorías filosóficas y teológicas, tiene su sustento legal, ha subrayado, en la propia Constitución Española y en los tribunales, que han reiterado la obligación del Estado de proteger la vida porque «es el más fundamental de los derechos fundamentales».