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Luis F. Pérez/ReL) Con casi 4 millones y medio de entradas y cerca de un millón y medio de usuarios únicos en diecisiete meses,
"La Cigueña de la Torre" es de lejos el blog de opinión religiosa en lengua española más visitado de internet. Su autor,
Francisco José Fernández de la Cigoña, seglar jubilado, es a la vez querido, admirado, temido y hasta odiado. A nadie deja indiferente ni por el fondo ni por la forma de sus análisis sobre la realidad de la Iglesia en España y en el mundo. Religión en Libertad le ha entrevistado. -
Cuando José Manuel Vidal le ofreció tener un blog en Religión Digital, ¿pensó por un momento que iba a llegar a ser el fenómeno mediático eclesial en que se ha convertido? No tenía ni idea. Yo me encontré con esto de los blogs e internet hará unos cuatro o cinco años. Antes sólo usaba el ordenador como máquina de escribir, archivo de trabajos y artículos y como medio para enviarlos. Y durante mucho tiempo el envío me lo hacía algún amigo de la oficina. Me parecía dificilísimo. La jubilación me impuso la adquisición de un ordenador y comencé a conocer algo este medio. Poquísimo. Descubrí tres foros y me entretenía participar en ellos. De uno me echaron porque mi lenguaje les parecía excesivo. De otro me hice gran amigo de quien lo llevaba, el sacerdote asturiano Julio Asterio, y
ahí seguimos manteniéndolo, tras su muerte, en memoria suya. El tercero era
Rumores de Ángeles, de
José Manuel Vidal. Al poco tiempo de publicar comentarios en él me llamó para conocernos. Nos tomamos un café y parece que nos caímos bien. Luego comimos algún día y comenzamos a sentirnos amigos. Por encima de opiniones distintas que siempre expusimos con gran libertad y cordialidad suma. Hasta que en una de esas comidas me propuso llevar un blog en Religión Digital. Le dije que no sabría hacerlo y que mejor continuaba como comentarista eventual en los diversos artículos de Rumores de Ángeles. Recuerdo que una de las cosas que me parecían absolutamente imposibles era lo de poner una fotografía en cada artículo. ¿Cómo sabrían hacer eso tan complicado todos los que llevaban un blog? Insistió
José Manuel, supongo que algunos no se lo perdonarán nunca, y a los dos o tres meses decidí emprender la aventura. Sin tener ni idea del eco que podría tener. Y ahí está. Ya el primer año, que comenzó a mediados de febrero de 2006 hubo más de 650.000 visitas. Que en 2007 superaron los 2.200.000. Y en este año vamos ya por 1.400.000. ¿A qué se debe? No lo sé bien. Supongo que en parte encuentran aquí una voz que antes no se escuchaba y que muchos visitantes consideran suya. Antes solo tenían presencia los contestatarios de la Iglesia. Hoy cada vez son más los espacios escritos desde la fidelidad. Como este desde el que me entrevistáis. Los otros cada vez son más marginales. -
¿Le han ofrecido participar en alguna tertulia radiofónica o televisiva sobre temática religiosa? No. Nadie ma ha llamado para participar en una tertulia. En eso sigo siendo virgen. -
¿Cree que los portales digitales de información y opinión religiosa, en especial los blogs, son ya lo suficientemente influyentes como para hablar de "un antes y un después" en la vida de la Iglesia en España y en el resto del mundo? No me cabe la menor duda. Esto es un fenómeno imparable y cada vez más extendido. Leído con aplauso o con odio. Pero con influencia creciente. Incluso bromas, como un apodo, terminan generalizándose. Y hasta hay quien se cree que el cardenal Re, lo primero que hace al llegar a su despacho es consultarme los nombramientos que va a hacer. Vosotros sois testigos del eco que vuestra página ha alcanzado en poquísimo tiempo. También hay, por supuesto, blogs que no lee nadie. No entiendo el empeño de sus autores por mantenerlos. El tiempo les pone en su lugar y terminan desapareciendo. Curiosamente eso ocurre mucho más con los contestatarios. Supongo que porque quienes se sienten Iglesia suelen mantener ese sentimiento a lo largo de su vida y los seguidores de "otra" Iglesia no enrolan a nadie. -
¿Es consciente de que su estilo levanta por igual entusiasmos y ampollas en diversos sectores de la Iglesia, obispos incluídos? ¿ha recibido presiones para ser más moderado? ¿y felicitaciones de obispos? Pues sí. Ocurre eso. Gracias al blog he hecho nuevos y muy buenos amigos. Con quienes he tenido encuentros inolvidables. Y no hay más que leer algunos comentarios para saber que hay personas que no me tienen ninguna simpatía. Pero también creo que a quienes les parece bien el blog es mucho más por lo que se dice que por el cómo se dice. Y a los adversarios les ocurre lo mismo. Si critican el estilo es porque les duele el fondo. Y como eso es más difícil rebatirlo, se meten con la forma. Soy consciente que en ocasiones me paso. Pero ¡qué le vamos a hacer!. Uno es así. Y escribe y habla de esa manera. A mis sesenta y ocho años es ya muy difícil corregirlo. Y tal vez, caso de conseguirlo, perdería viveza el blog. Posiblemente se irrita más alguien a quien se le llama bobo, que si hubiera dicho que su raciocinio no progresa adecuadamente. Y al que contradice la doctrina de la Iglesia le molesta que eso se ponga de manifiesto, en vez de decir que mantiene alguna meditada discrepancia sobre puntos hoy controvertidos. Pero yo no sé escribir así. No he recibido nunca la menor presión para que cambiara el fondo o la forma de mi blog. He tenido siempre total libertad. Y eso, además de la audiencia que he logrado desde Religión Digital, hace que me sienta cómodo allí. Y es claro que yo sólo respondo de mis opiniones. No de las de otros. Hay obispos con los que tengo muy buena relación. Con otros no la tengo mala. Porque no la tengo. Anecdotario, múltiple. Como el de aquel obispo que encargó a un sacerdote que dijera a otro que los artículos que éste escribía "bajo el seudónimo de Fernández de la Cigoña" eran pecado mortal. Estoy seguro de que ese obispo ya sabe que mi apellido no es el seudónimo de ningún sacerdote. -
¿Cómo ve la situación del catolicismo en España y cuál es su pronóstico de cara al futuro a medio-largo plazo? Veo el catolicismo español con tristeza y con esperanza. Me tocó vivir años en los que siempre el último era peor que el anterior. Eso gracias a Dios ha cambiado. Ya no existe la sensación de que la Iglesia en España es un barco a la deriva. Los nuevos obispos y los nuevos curas me parecen mucho mejores que los que había. Con las excepciones que se quieran. Ya no apunta la alborada. El sol ya alumbra y calienta.