El Vaticano acoge estos días la segunda Asamblea del Sínodo de la Sinodalidad, en la que que debatirán obispos, sacerdotes, religiosos y laicos hasta el 27 de octubre sobre el futuro de la Iglesia. Este miércoles, el mismo Papa Francisco fue el encargado de presidir en la Plaza de San Pedro la misa de apertura de estas nuevas sesiones.
"Cuidemos de no convertir nuestras aportaciones en puntos que defender o agendas que imponer, sino ofrezcámoslas como dones para compartir, dispuestos incluso a sacrificar lo que es particular, si ello puede servir para hacer surgir, juntos, algo nuevo según el plan de Dios", comentó Francisco en la homilía.
Misa del Papa de reapertura del Sínodo de la Sinodalidad.
"De lo contrario, acabaremos encerrándonos en diálogos entre sordos, donde cada uno trata de 'llevar agua a su molino' sin escuchar a los demás y, sobre todo, sin escuchar la voz del Señor", añadió. "Para que esto suceda hay, sin embargo, una condición: que nos liberemos de lo que, en nosotros y entre nosotros, puede impedir a la 'caridad del Espíritu' crear armonía en la diversidad", dijo.
"Todos, aquí, se sentirán libres de expresarse tanto más espontánea y libremente cuanto más perciban a su alrededor la presencia de amigos que los quieren y respetan, los aprecian y desean escuchar lo que tienen que decir", propuso Francisco a los sinodales.
Perdón por los nuevos pecados
En la tarde del martes, tuvo lugar en el Vaticano un acto penitencial, previo a la reapertura del Sínodo, que estuvo presidido por el Papa Francisco y marcado por los testimonios de personas heridas por los abusos, la guerra y la falta de caridad.
Durante la ceremonia, siete cardenales pidieron perdón "en nombre de toda la Iglesia" por los pecados contra la paz, el medio ambiente, la dignidad de la mujer, contra los pobres, los pecados de abuso, por usar la doctrina como una "piedra para lanzar" a los demás y por los pecados contra la sinodalidad.
Uno de los ejes de su homilía fue la falta de confianza dentro de la Iglesia y hacia la Iglesia. "El Sínodo es una oportunidad para recuperar la confianza en y hacia la Iglesia, una confianza rota por nuestros errores y pecados; y para comenzar a sanar las heridas que no dejan de sangrar". Francisco afirmó que, cargados como estamos con la "humanidad de nuestro pecado", "no quisiéramos que este peso frenara el camino del Reino de Dios en la historia".
Puedes ver aquí íntegro el acto penitencial.
El Papa enfatizó que el pecado "es siempre una herida en las relaciones: la relación con Dios y la relación con los hermanos (...). ¿Cómo podríamos ser creíbles en la misión si no reconocemos nuestros errores y nos rebajamos a curar las heridas que hemos causado con nuestros pecados?", dijo. Por último, se dirigió a las generaciones más jóvenes, para pedirles perdón "si no hemos sido testigos creíbles".
El Sínodo, ¿va hacia algún lado?
En la tercera meditación de Timothy Radcliffe, predicador encargado por el Papa para la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el dominico reconoció la desesperación que, muchas veces, produce no ver frutos en el Sínodo y animó a perseverar y a "obedecer" a Dios y a su Palabra.
"Todos hemos conocido esos momentos en los que parece que no logramos nada. El entusiasmo inicial ha desaparecido. Al comenzar esta segunda Asamblea, apuesto a que algunos de nosotros nos sentimos así. Aquellos que empezaron con entusiasmo y emoción pueden estar preguntándose si estamos yendo a algún lado. Algunos de nosotros nunca creímos que lo hiciéramos de todos modos", comentó.
"La pregunta más común que he recibido sobre el Sínodo en estos últimos once meses ha sido escéptica: ¿Se ha logrado algo? ¿No es todo una pérdida de tiempo y dinero? Pero el desconocido está allí en la playa, incluso antes de que ellos lo vean. Dios siempre está allí primero, antes de que notemos", explicó, haciendo referencia a la pesca milagrosa.
"El punto de inflexión es cuando obedecen la voz del Señor y lanzan la red al otro lado. Parece inútil. Ellos son los que saben de pesca. ¿Por qué obedecer a este hombre que no sabe nada de pesca? Hemos venido a este Sínodo en obediencia. Para muchos parece inútil. Hemos trabajado días y noches y quizás dudamos de que se logre algo. Pero la Iglesia dice ven, y hemos venido. Hemos lanzado la red al otro lado de la barca, incluso cuando algunos de nosotros creemos que no habrá pesca. Pero esta obediencia puede ser fructífera de maneras que no imaginamos", añadió.
Fiducia y la falta de "confianza"
Mientras que en la cuarta meditación de Timothy Radcliffe OP, el predicador ofreció unas palabras sobre la confianza, en las que recordó a Fiducia Suplicans, el documento de Doctrina de la Fe sobre las bendiciones a parejas homosexuales.
Tras comentar la confianza frágil que demuestra San Pedro hacia Jesús a lo largo del Evangelio, el dominico apuntó que esta puede ser una buena hoja de ruta para el Sínodo y para la Iglesia en general. "La Iglesia está fundada en la roca de la confianza inmerecida de Dios en Simón Pedro. ¿Nos atreveremos a confiar unos en otros a pesar de algunos fracasos? Este Sínodo depende de ello", admitió.
"Un ejemplo: no es un secreto que Fiducia Supplicans provocó angustia e ira entre muchos obispos de todo el mundo. Algunos miembros de este Sínodo se sintieron traicionados. Pero la Iglesia solo se convertirá en una comunidad confiable si tomamos el riesgo, como el Señor, de confiar unos en otros, incluso cuando hemos sido heridos. El Señor se confía a nosotros una y otra vez en cada Eucaristía, aunque lo traicionemos una y otra vez", añadió.
El dominico comentó en este sentido que hay una crisis global de confianza. "En todo el mundo, los jóvenes están perdiendo la confianza en la democracia. Las noticias falsas y la manipulación de los medios significan que no podemos confiar en que se está diciendo la verdad. Exigimos más y más rendición de cuentas, más pruebas e informes, pero nunca pueden disipar nuestra sospecha de que alguien está escapando de algo. Una crisis de confianza anima a la gente a comportarse de manera poco confiable, ya que todos los demás seguramente lo están haciendo también", explicó.
Y, volviendo a la figura de Pedro, Radcliffe, expuso: "A menudo resulta que son los clérigos los más desconfiados del camino sinodal y los que más se resisten a él. ¿Qué autoridad tienen Pedro y sus sucesores para hacer esto? Sara Parvis de la Universidad de Edimburgo escribió: 'La autoridad de Pedro es la autoridad de un pecador arrepentido'. Puede guiar al rebaño a los pastos de la gracia de Dios porque él mismo la necesita evidentemente".
"El Papa Francisco dijo en una entrevista en 2015: 'Soy un pecador... Estoy seguro de esto. Soy un pecador a quien el Señor miró con misericordia. Soy, como les dije a los detenidos en Bolivia, un hombre perdonado'. Esta es la autoridad gozosa de los pastores. Somos personas perdonadas. Podemos dejar caer la pesada máscara de superioridad, la carga de pretender ser terriblemente santos", concluyó.