Se multiplican las noticias y es imposible recogerlas todas, pero no pocas de ellas son importantes. No se han apagado los ecos de la reintegración en la Iglesia de un importante grupo anglicano ni los ataques al Papa por ese importantísimo paso. Que a Hans Küng le parece una “tragedia” y “un acto de piratería ecuménica”. La Iglesia con amigos así verdaderamente no necesita enemigos. El día en el que pongan en la calle a todos estos teólogos que odian a la Esposa de Jesucristo habremos ganado mucho.
Me parecen penosas las disensiones que se han hecho públicas, afortunadamente después de la manifestación por el derecho a la vida del pasado 17-O, entre el Foro Español de la Familia y Hazte Oír. Somos pocos y mal avenidos. Una desgracia. Eso se tendría que recomponer cuanto antes. Y si tienen que caer cabezas que caigan.
La actitud de los diputados del PNV sobre el aborto indica a lo que ha llegado ese partido que tenía por lema desde los días de Sabino Arana, «Dios y Leyes viejas». Quien les ha visto y quien les ve. El obispo auxiliar de Bilbao, Don Mario Iceta les ha señalado, y muy bien, la contradicción con sus orígenes. Aunque LA GACETA criticaba el viernes el silencio de los tres obispos residenciales vascos. Muy comprensible en Uriarte, menos en Asurmendi y nada en Don Ricardo Blázquez.
Excelente el escrito del obispo de Cádiz, Don Antonio Ceballos, sobre la Ley del aborto. Claro y valiente. Muy bien por Don Antonio que últimamente lo está haciendo de diez.
El arzobispo de Pamplona, Don Francisco Pérez, ha sido objeto de contestación por una medida que creo irreprochable. Una concejal socialista de un pueblo, en esa contradicción que parece inherente a muchísimos españoles, prestaba además servicios a la iglesia local de modo institucional. Y también era la que casaba en el ayuntamiento a aquellos que no querían, o no les estaba permitido, el matrimonio ante la Iglesia. Don Francisco decidió que era incompatible repicar e ir en la procesión. A mí también me lo parece.
Uno de los graves problemas con los que se encuentran nuestros obispos es que tienen a sus curias minadas. Comprendo que en muchos casos no es factible el saneamiento inmediato pero hay cosas que claman al cielo.
Los obispos catalanes acaban de desautorizar al Instituto Borja de Bioética, bajo la responsabilidad de la Compañía de Jesús y de los Hermanos de San Juan de Dios, por un manifiesto favorable al aborto. Y la Delegación de Pastoral Universitaria de la diócesis de Vic invita a la directora de ese Instituto a dar una conferencia en Manresa sobre aquel tema. El obispo, Don Román Casanova, de lo mejor que hay en Cataluña donde gracias a Dios se va recomponiendo el episcopado, suspendió inmediatamente la conferencia. Me atrevería a sugerirle que tal vez debiera suspender también al delegado episcopal. Si no se entera de nada esa persona, por tal motivo. Y si se entera es todavía más urgente la sustitución.