El cardenal Ciriaco María Sancha y Hervás, «padre de los pobres», fue beatificado hoy en Toledo en una ceremonia presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, monseñor Angelo Amado, quien, en representación del papa Benedicto XVI, ofició la ceremonia y aseguró en su homilía que el ahora nuevo beato es una «auténtica obra de arte de la gracia divina».
 
La catedral de Toledo, primada de España, acogió esta ceremonia que congregó a miles de fieles y fue concelebrada por el actual prelado toledano, Braulio Rodríguez, y otros cuatro cardenales españoles: Francisco Álvarez Martínez, arzobispo emérito de Toledo, Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, y Agustín García Gasco, arzobispo emérito de Valencia.
 
El cardenal Amato, reseñó durante la homilía  que «la Iglesia de España sigue siendo una Iglesia de santos, de testigos heróicos del Evangelio de Jesús, que es un Mensaje de paz, de justicia y de reconciliación», mientras recordaba las recientes canonizaciones del domingo pasado (san Francisco Coll y san Rafael Arnáiz), así como las beatificaciones de los 498 mártires españoles del a persecución religiosa entre 1931 y 1939.

Del cardenal Ciriaco María Sancha, destacó que fue un «asiduo e infatigable testigo de Cristo, padre de los pobres y promotor de la unidad de la Iglesia», aspectos que concordaban muy bien con la liturgia corrspondiente a este domingo.

También quiso resaltar su paso por las cárceles y su «santidad de vida, celo por las almas, cercanía a los pobres, amor a la Iglesia y al Sumo Pontífice», al tiempo que destacó su procupación por la «promoción de la dignidad humana y cristiana de los obreros, fundando escuelas nocturnas para su formación, defendiendo elñ salario justo, fomentando las asociaciones para tutelar sus derechos y visitando los barrios pobres».

«Para todos nosotros, hombres y mujeres de poca fe, constituye un modelo de fe, que nos empuja a vivir siempre con la miradapuesta en lo alto; de esperanza, para tener presente que nuestra verdadera meta es la patria celestial; y un dechado de caridad, que nos recuerda que el amor de Dios y del prójimo hace dignamente humana nuestra vida», añadió el prelado.

En el acto de beatificación también estuvieron presentes algunas autoridades civiles, entre ellas el presidente del Congreso, José Bono; el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda; la presidenta del PP en Castilla-La Mancha y secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal; el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page; o el presidente de la Diputación Provincial, José Manuel Tofiño.
 
José María Barreda, ha dicho que el cardenal Sancha fue un modernizador de la Iglesia. «Creo -ha añadido- que lo que está sobre su tumba es suficientemente elocuente porque vivió pobre y murió muy pobre y durante toda su vida se dedicó a acercar la sociedad a la Iglesia y la Iglesia a la sociedad y es una persona muy importante en la historia de la Iglesia española». Barreda, en representación «de la mayoría de los castellano-manchegos» ha aceptado «muy complacido la invitación que me han cursado para asistir a este importante acontecimiento».
 
Por su parte, José Bono, que acudió al rito de la beatificación del cardenal Sancha en representación del Estado y del Gobierno, señaló que el nuevo beato es «un hombre importante en la historia e la iglesia y en la historia de España».
 
La secretaria general y líder del PP en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, elogió la labor del cardenal Ciriaco María Sancha con los pobres y recuerdó que «veló por el bienestar de los que peor estaban y de los que más necesitaban». La presidenta del PP en Castilla-La Mancha aseguró que es «un honor» presenciar la beatificación del que fue «un vecino de Toledo» y que «se ocupó de los pobres y veló por el bienestar de los que peor estaban y de los que más necesitaban», agregó.