Bersanelli, que ha intervenido en el Palacio de Congresos de Madrid ante 1.500 personas, ha retomado algunas afirmaciones del físico Werner Heisenberg para denunciar el error que supone la separación entre saber y creer. Bersanelli ha criticado que «el conocimiento tenga que ver con el saber y que la fe se haya convertido en el reino de los valores que se eligen de un modo subjetivo, basándose en la opinión». El astrofísico ha sostenido que la experiencia científica muestra que saber y creer no están separados, «en el mundo científico para saber hay que creer, no basta con registrar datos, es necesario un sujeto, alguien que los juzgue».

Este método que es válido para el conocimiento científico es también valido para la fe, que no es un sentimiento sino una forma de conocimiento. «El conocimiento es un acto del yo, es un encuentro entre el sujeto y el objeto», ha añadido. Bersanelli ha afirmado que aunque el conocimiento científico es un gran don se puede vivir sin él, pero «no se puede vivir sin buscar y conocer el sentido de la vida». El astrofísico ha contado lo que le ocurrió el pasado verano, mientras ordenaba con otros científicos los datos que proporcionaba el satélite Planck y aparecía la historia de los 14.000 millones de años del Universo. «Sentí estupor por la fecundidad, la unidad y la variedad de la realidad del Universo y me surgió una pregunta, que es una pregunta de la razón: ¿de dónde viene todo esto? ¿Quién eres Tú, Dios, que haces así las cosas?». Bersanelli ha añadido que Luigi Giussani, fundador de Comunión y Liberación, introdujo una gran novedad en su vida al enseñarle que la fe es un factor decisivo del conocimiento.

En el acto ha intervenido Ignacio Carbajosa, profesor de la Facultad de Teología de San Dámaso y actual responsable de Comunión y Liberación en España. Carbajosa también se ha referido a la separación entre saber y creer y ha señalado la paradoja de que en nuestra cultura se puedan conocer muchas cosas pero no haya certeza sobre lo más decisivo para la vida. Ha propuesto «volver a aprender lo que ya creemos saber» para que la fe no sea un mero sentimiento y se convierta en un auténtico conocimiento. Para ello ha propuesto hacer una auténtica experiencia humana. Ha recordado que Giussani enseñaba que «la implicación última de toda experiencia humana es Dios. No hay verdadera experiencia que no implique el Misterio». Carbajosa ha señalado que en la sociedad española hay una especial dificultad para reconocer el Misterio, «parece que la pregunta por el sentido no tiene dignidad pública».