El socialismo «necesita una renovación» y los valores cristianos son un «buen camino» para lograrla. Así lo manifestó el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, en la inauguración del congreso de la Liga Internacional de Socialistas Religiosos.
Bono acudió, junto con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a una cita que, inevitablemente estuvo marcada –pese a que el programa elude el asunto– por la reforma de la Ley del Aborto, que ya está en trámite parlamentario. El presidente del Congreso de los Diputados aseguró que «como socialista» seguirá la «disciplina de partido» a la hora de votar la norma, aunque «como cristiano», aspira a seguir a Cristo.
Asimismo, pidió que la reunión que arrancó ayer, y que congregó a socialistas cristianos, musulmanes y judíos de distintos países, sirva para «avanzar» en la coalición entre «creyentes y no creyentes». Bono espera que «cualquier discrepancia no se entienda como traición». En este sentido, volvió a referirse a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y criticó que aunque él no ha dicho «ni media palabra», desde parte de la Iglesia «se anuncian excomuniones», en alusión a unas declaraciones de Monseñor Martínez Camino, que aseguró que los que voten la norma podrían estar «fuera de la Iglesia». En este sentido, Bono señaló que él, como cristiano, sigue a Cristo, «no a Martínez Camino.
Bono ha sido uno de los militantes socialistas que se han mostrado críticos con algunos aspectos de la ley de plazos. Como él, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, el también ex presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra o el ministro de Fomento, José Blanco, han criticado en repetidas ocasiones la posibilidad de que las menores aborten sin permiso paterno.
Sin embargo, fuera de los comentarios del presidente del Congreso, en la reunión celebrada en Córdoba apenas se trató el asunto de la reforma normativa. En su intervención, Moratinos se limitó a abogar por el «respeto y la tolerancia» en todo el mundo, utilizando como eje la Alianza de Civilizaciones. El programa del evento, centrado en la crisis económica y los valores religiosos, no contenía referencias a este asunto. Asimismo, el organizador del evento, Carlos García de Andoin, rechazó hacer declaraciones a este periódico.
Bono acudió, junto con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a una cita que, inevitablemente estuvo marcada –pese a que el programa elude el asunto– por la reforma de la Ley del Aborto, que ya está en trámite parlamentario. El presidente del Congreso de los Diputados aseguró que «como socialista» seguirá la «disciplina de partido» a la hora de votar la norma, aunque «como cristiano», aspira a seguir a Cristo.
Asimismo, pidió que la reunión que arrancó ayer, y que congregó a socialistas cristianos, musulmanes y judíos de distintos países, sirva para «avanzar» en la coalición entre «creyentes y no creyentes». Bono espera que «cualquier discrepancia no se entienda como traición». En este sentido, volvió a referirse a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y criticó que aunque él no ha dicho «ni media palabra», desde parte de la Iglesia «se anuncian excomuniones», en alusión a unas declaraciones de Monseñor Martínez Camino, que aseguró que los que voten la norma podrían estar «fuera de la Iglesia». En este sentido, Bono señaló que él, como cristiano, sigue a Cristo, «no a Martínez Camino.
Bono ha sido uno de los militantes socialistas que se han mostrado críticos con algunos aspectos de la ley de plazos. Como él, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, el también ex presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra o el ministro de Fomento, José Blanco, han criticado en repetidas ocasiones la posibilidad de que las menores aborten sin permiso paterno.
Sin embargo, fuera de los comentarios del presidente del Congreso, en la reunión celebrada en Córdoba apenas se trató el asunto de la reforma normativa. En su intervención, Moratinos se limitó a abogar por el «respeto y la tolerancia» en todo el mundo, utilizando como eje la Alianza de Civilizaciones. El programa del evento, centrado en la crisis económica y los valores religiosos, no contenía referencias a este asunto. Asimismo, el organizador del evento, Carlos García de Andoin, rechazó hacer declaraciones a este periódico.
Minutos antes de clausurarse el congreso de la Liga Internacional de Socialistas Religiosos que se ha celebrado durante el fin de semana en Córdoba, Jáuregui calificó de «histórico» el encuentro y ha dicho que esta corriente interna de opinión «más que un grupo de presión, supone una forma de ser socialista». Añadió que en su partido hay «mucha gente a la que su interpretación del Evangelio les lleva a una aspiración de solidaridad y justicia social que tienen muchos socialistas».
El eurodiputado consideró, por último, que se trata de un socialismo «muy honesto, auténtico, renovador y comprometido» al que el PSOE «no puede dar la espalda» y que «enriquece a los socialistas».
En la misma línea, el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, afirmó que los valores cristianos son un «buen camino para conseguir esa renovación». Durante su intervención, Bono matizó que «no se trata de cristianizar al PSOE», sino de «buscar juntos respuestas para resolver los problemas que son intolerables en la sociedad actual».
Añadió que la idea es «fertilizar la tierra en la que crecen dos especies distintas como el socialismo y el cristianismo» para poder incorporar valores cristianos «al ideario socialista», lo que supondría la forma «más profunda y sincera de renovación».