La cercanía del último aliento no fue, sin embargo, la causa de que expresara su deseo. Ya desde antes, según explicó el capellán, tenía la intención de abrazar la fe católica en Afganistán. Si no hubiera sucedido nada, Cabello hubiera sido bautizado esta misma semana, pero la explosión de la mina al paso de su vehículo el pasado miércoles precipitó el acontecimiento.
Cabello fue sepultado con la concha bautismal con la que fue cristianizado en el hospital de Herat, donde recibió al mismo tiempo la confirmación. La concha era de su propiedad, pues la había comprada el cabo hace unos años cuando realizó el camino de Santiago. El cabo fue enterrado ayer en el panteón militar del cementario de San Lorenzo.
 
El cabo, de 25 años, estaba emparejado con una chica venezolana con la que había tenido su segundo hijo hacía pocos meses. Su mujer y los hijos residían actualmente en Caracas, según fuentes militares.
 
Cabello comenzó su carrera profesional en el Ejército en el año 2003. En su primera etapa, en la que fue legionario, estuvo en el Líbano en la misión en la que participa España, tarea por la que fue condecorado con la medalla de la ONU. El cabo desempeñaba las funciones de conductor y tirador de torreta en los blindados BMR, en los que patrullan los soldados españoles desplegados en Herat.