«Bajo la excusa de una justa igualdad de dignidad y de derechos se quiere dar como irrelevante las diferencias naturales entre hombres y mujeres como si fueran indiferenciados, y por lo tanto, equivalentes a todas las orientaciones y comportamientos sexuales, con implicaciones éticamente inaceptables», afirma el purpurado, según recoge Radio Vaticano.
 
Antonelli alertó además de que la ideología de género, a la que se refirió como «residuo tóxico», se está infiltrando en la sociedad africana, informa Ep.
 
Por su parte, el arzobispo de Johannesburgo y presidente de la Conferencia Episcopal Sudafricana, monseñor Joseph Tlhagale, denunció que los valores del Evangelio están amenazados por una ética que «trata de persuadir a los africanos de aceptar conceptos nuevos y diferentes de la familia, del matrimonio y de la sexualidad humana».
 
«Las culturas de África están sometidas a una fuerte presión del liberalismo, la secularización y los grupos de presión que campean en las Naciones Unidas», agregó el prelado sudafricano.
 
En este sentido, instó a los laicos a que den testimonio en el ámbito público, en sus familias y en sus lugares de trabajo. «La jerarquía no cuenta con miembros creíbles en la labor de transformación de África; los laicos católicos deben ser tenidos en cuenta por su fe, la jerarquía no puede hacer todo por sí sola», concluyó.