Pese a los escándalos en la prensa, la aparentemente poca relevancia política, social y cultural de la Iglesia en Occidente y el choque de la cultura católica con la cultura dominante materialista, el siglo XXI está resultando fructífero para el catolicismo a nivel demográfico.
Desde el año 2000 (cuando había 1.050 millones de católicos) a 2014, último año con datos recogidos, la Iglesia ha crecido en 222 millones de personas. Es una media de crecimiento de 16 millones de personas al año.
Para imaginarlo mejor, podemos pensar que la Iglesia es un "país" que ha recibido en 14 años el equivalente a 5 veces la población de toda España. Eso es más que la población total de Brasil, el quinto mayor país del mundo.
O podemos entender que cada año la Iglesia crece el equivalente a toda la población que vive en Chile o en Holanda.
O que cada día, no importa qué escándalo recojan las noticias, la Iglesia crecerá en 44.000 almas bautizadas más.
No todo son bautizos de bebés: por ejemplo, en Estados Unidos, en 8 años, un millón de adultos han ingresado en la Iglesia (léalo aquí).
En este mismo inicio de siglo, la Iglesia ha pasado de los 405.178 sacerdotes que tenía en el año 2000 a los 415.792 que tiene en 2014. Es un crecimiento de 10.614 sacerdotes.
Eso significa que cada sacerdote nuevo llega "acompañado" de dos mil feligreses nuevos (aunque actualmente esos "feligreses" son casi todos bebés o niños pequeños bautizados hace poco y no dan mucho trabajo).
Otra forma de verlo es que a cada sacerdote en el año 2000 le correspondían 2.591 feligreses (algo bastante insostenible) mientras que a cada sacerdote en el año 2014 le corresponden 3.059 feligreses (menos sostenible aún). Esta cifra no refleja bien el "reparto pastoral" porque muchos de los sacerdotes que aparecen en ella son muy ancianos y no ejercen plenamente funciones pastorales.
La Iglesia Católica crece mucho en fieles, pero su estructura, construida sobre un sistema de sacramentos que imparten los sacerdotes, apenas crece. "La mies es mucha y los obreros pocos" es un análisis del mismo Jesucristo que la estadística haca cada año más cierta. Se constata en el Anuario Pontificio 2016 y el Annuarium Statisticum Ecclesiae 2014, redactados por la Oficina Central de Estadísticas de la Iglesia, y editados por la Tipografía Vaticana. Estos anuarios suelen presentarse cada año hacia febrero o marzo.
Anuario presentado en 2002: se alcanzaron en el año 2000 los 1.050 millones de católicos
Anuario presentado en 2014: se pasó de 1.214 millones en 2011 a 1.228 en 2012 (16 millones más)
Anuario Pontificio de 2015: se pasó de 1.228 a 1254 millones en 2013 (26 millones más)
Anuario Pontificio de 2016: se pasó de 1.254 millones a 1.272 millones en 2014 (18 millones más)
En los últimos 9 años se constata que la Iglesia crece algo más rápido que la media de la población mundial. Así, la población del planeta ha crecido un 17,3% en esta última década, mientras que la Iglesia ha crecido un 17,8%.
Niños católicos de Kenya bailan en la beatificación de la misionera Irene Stefani; sin los misioneros, África no tendría hoy al 17% de los católicos del mundo y la mayor tasa de crecimiento
El Anuario de 2016 da más datos regionales. Los católicos han aumentado en África (41%) que ha acusado, entre 2005 y 2014, un aumento de su población de 23,8%. En el continente asiático también se ha registrado un aumento de católicos superior al de la población (20% frente al 9,6%) y lo mismo ha sucedido en América (11,7% frente al 9,6%). En Europa el aumento de los católicos ha sido del 2% ligeramente superior al crecimiento de la población. En Oceanía los católicos crecen menos que la población (15,9% frente al 18,2%).
En 2014 el total de católicos bautizados estaba distribuido, por continente, de este modo:
Africa 17% (en el año 2000 eran sólo el 12,4%)
América 48% (en el año 2000 eran un 49,4%)
Asia 10,9% (en el año 2000 eran un 10,7%)
Europa 22,6% (en el año 2000 eran un 26,7%)
Oceanía 0,8% (igual que en el año 2000)
Como se ve, casi todo el porcentaje perdido por Europa lo ha ganado África.
Con 1.272 millones de miembros, solo hay dos "comunidades" humanas más grandes que la Iglesia Católica: una es la China comunista, con 1.377 millones de miembros; la otra es la India, con 1.375 millones (datos proyectados para 2016).
Se podría aducir que un alto porcentaje de esta "comunidad católica" está poco comprometido con ella, pero incluso si sólo uno de cada cien católicos fuera una persona comprometida en esta "familia humana" se trataría de un colectivo fuerte de casi 13 millones de personas con una gran diversidad de dones.
La gran ventaja cultural del "sujeto católico" sobre la India y, sobre todo, frente a China, es su universalidad y diversidad: infinidad de lenguas, de tradiciones, de culturas, todas ellas alentadas y acogidas en una sola gran familia humana y espiritual, en cualquier tipo de clima, geografía o ambiente imaginable, con un liderazgo reconocido en una sola persona sobre la tierra, el Papa, que remite a un modelo de hombre concreto que interpela de generación en generación, de alma en alma, en cualquier cultura: Jesucristo. Más allá de la estadística, el reto de la Iglesia está en facilitar el encuentro personal de cada ser humano con Él.
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