«Si es retrógrado dar voz a los quienes tiene un derecho pero no pueden defenderse por sí mismos, bienvenido sea serlo». Así de contundente se mostró anoche el obispo auxiliar de Madrid y portavoz de la Conferencia episcopal Española, Juan antonio Martínez Camino, en los micrófonos del programa La Linterna de la Cadena COPE.

Para el prelado, es difícil explicar por qué el gobierno ha tratado de reformar una ley que debiera haberse reformado en otra dirección. Según afirmó, «hace un año, cuando el Gobierno comenzó a proponer una nueva Ley del Aborto, la sociedad estaba escandalizada del negocio que suponían los centros abortivos, España se había convertido en el centro de comercio internacional del aborto y lo que la sociedad pedía era una ley más seria para defender el derecho a la vida de los seres humanos incipientes».

Así, la manifestación convocada por más de cuarenta asociaciones de la sociedad civil, y apoyada por otro centenar de grupos nacionales y extranjeros, responde a un «clamor social» que quiere dar voz a los seres humanos que van a anacer «frente al despotismo de un estadoque da licencia para matarles».

En este sentido, el prelado ha reclamado que los legisladores «tienen el deber de escuchar a la sociedad», porque un cuerpo social que «es inmisericorde con sus hijos no puede ser solidario con los hijos de otros; si se pierden las entrañas de la justicia y la solidaridad, y se piensa que se puede matar a los propios hijos seproduce un germen de insolidaridad que contamina» a toda la sociedad.


Monseñor Martínez Caminoha recordado además, que no se puede acusar a la Iglesia de mostrar su apoyo a la manifestación del 17-O por motivos de coyuntura política. Como muestra, las cinco notas emitidas en defensa de la vida por la Conferencia Episcopal en los años en que gobernó el Partido Popular.

en el mismo plano de la coherencia, el prelado ha recordado que «de acuerdo con la doctrina de la Iglesia, ningún católico coherente con su fe podrá aprobarlo ni darle su voto, y tampoco debería hacerlo nadie que atienda a los justos imperativos de la razón».

El obispo de Sant Feliu de Llobregat, el valenciano Agustí Cortés, considera que existen acciones «más eficaces» que las manifestaciones para luchar contra el aborto. El prelado aboga por una educación de los jóvenes sobre el sentido de la vida, de la sexualidad y de la libertad, aunque no rechaza que los fieles cristianos se sumen a las movilizaciones. En declaraciones a Europa Press, Agustí Cortés afirmó que la oposición de la Iglesia a la reforma de la ley del aborto del Gobierno «no es contra una ley concreta sino de fondo: existe un concepto de que los derechos del individuo son prioritarios sobre la vida natural, mientras que nosotros pensamos que el feto es una realidad humana que hay que respetar».