Apostaron fuerte el pasado año con «Bella», una película que fraguó su éxito en las taquillas y entre el público sobre todo por la recomendación de quienes se acercaron a verla y quedaron impactados por la historia con valores protagonizada por Eduardo Verástegui. Y el éxito del trabajo de la distribuidora Karmafilms tiene su reflejo en cifras. Casi 320.000 espectadores, una recaudación de 1.824.579 euros y 13.500 copias en DVD vendidas hasta el momento. Ahora lanzan en España otra producción que resalta los valoreshumanos: «Katyn».
El 17 de septiembre de 1940, las tropas soviéticas, en plena Segunda Guerra Mundial, invadieron Polonia con la excusa del Pacto Ribbentrop-Molotov. Detuvieron a unos 260.000 oficiales del Ejército polaco, soldados y oficiales de la Policía. El 5 de marzo del mismo año, y a propuesta de Beria, Joseph Stalin firmó la orden de fusilar a casi 15.000 prisioneros de guerra detenidos en los campos de concentración de Kozielsk, Starobielsk y Ostashkovo. Al día siguiente de firmarse la orden, el director de «Katyn», Andrzej Wajda, cumplía 14 años. 70 años después, sus vivencias y una profunda investigación llegan a la gran pantalla en España, con la misma perspectiva que la película «Bella». Ganarse al público uno a uno, mostrando la grandeza de la dignidad humana aún en las peores situaciones.
Crimen y mentira
Según confiesa el propio director, «nunca pensé que viviría para ver la caída de la URSS, o que la libertad de Polonia me daría la oprtunidad de retratar en la pantalla el crimen y la mentira de Katyn». Porque lo vivido en los bosques de Katyn, no solo fue un tremendo crimen, del que nazis y comunistas rusos estuvieron acusándose durante años, sino que se convirtió en una gran mentira cuya realidad no vió la luz hasta 1989. Un año después, las autoridades de la URSS admiteron por primera vez (cincuenta años después) el crimen cometido por la Policía Secreta de la Rusia comunista (NKVD). EN 1992, Boris Yeltsin hizo oficial la autoría de la orden de ejecución, a manos de Stalin. A pesar de todo, aún hoy muchas tumbas sin nombre cubiertas por árboles.
Según describe Wajda, para la elaboración del guión de «Katyn» ha sido necesaria una profusa investigación de tal forma que «la mayoría de los incidentes descritos en la pantalla realmente ocurrieron y fueron denunciados por testigos presenciales». No se puede olvidar que Wajda fue testigo y víctima de los hechos descritos. Sin duda, esa condición es la que le lleva a afirmar que ve su película como «la historia de una familia separada para siempre». «En una palabra, -prosigue- una película sobre los sufrimientos individuales, que evoca imágenes de alto contenido emocional, más que cualquier hecho histórico, por muy crudo que sea».
En todo caso, quien fuera galardonado con el Oscar honorífico a toda su trayectoria profesional como cineasta en el año 2000, asegura que no pretende transmitir su visión personal sobre esta tragedia, ni realizar «una vigilia sobre la tumba del capitán Jakub Wajda», su padre.