El proceso de Giordani (Tivoli, 24 de septiembre de 1894 - Rocca di Papa, 18 de abril de 1980), quien además fue escritor, periodista y director de la Biblioteca Apostólica Vaticana, pasará a la Congregación para las Causas de los Santos de la Santa Sede.
¿Puede un político ser santo? Es el interrogante que se planteaba Igino Giordani cuando, en 1946, Alcide De Gasperi, fundador de la Democracia Cristiana y uno de los padres de Europa, también en proceso de beatificación, cuando le convence a participar en las elecciones políticas.
El anhelo de santidad se había encendido en él ya a los 22 años, en el lecho de un hospital militar, víctima de la primera guerra mundial.
Tras la segunda guerra mundial fue uno de los padres de la Constitución Italiana y parlamentario como «servicio social, caridad en acto». Valiente defensor de la paz, considera la guerra «una operación contra el pueblo, que desprecia la libertad, la democracia», según explica el Movimiento de los Focolares en el anuncio de la clausura del proceso diocesano.
Precedentemente, por sus duras intervenciones contra el fascismo, vive «en el destierro civil y político»: es expulsado del registro de los periodistas y privado de la enseñanza.
«O Europa se une, o Europa perece», escribe en los años cincuenta, cuando era miembro del primer Consejo de los Pueblos de Europa. Desde los años veinte había planteado el nacimiento de los Estados Unidos de Europa.
Fue director de varios periódicos, escribió un centenar de libros y más de 4.000 artículos de trasfondo político, cultural y religioso. Intelectual de relieve del catolicismo italiano, estudioso de los Padres de la Iglesia, fue pionero del Concilio Vaticano II, especialmente por lo que se refiere a los temas del laicado y del ecumenismo.
En 1948 su vida dio un vuelco al encontrarse con Chiara Lubich, quien en 1943 había dado vida a un nuevo Movimiento en la Iglesia: los Focolares, encendiendo en él una «revolución en el alma». Encuentra lo que había buscado durante mucho tiempo: «el mundo laical de la vida mística». Su camino solitario se vuelve comunitario.
Giordani, por su parte, da un aporte importante al desarrollo del carisma de la unidad de los Focolares en el campo ecuménico y para la renovación del mundo de la familia, de la política y de diversos ámbitos de la sociedad.
Hasta el punto de que fue considerado por Chiara Lubich como uno de los cofundadores del Movimiento.
La fase diocesana del proceso se concluye después de 5 años de trabajo, con 2500 páginas de las actas del proceso. Los teólogos censores han examinado 98 libros y más de 4.000 artículos; los peritos en historia, 120 archivos de escritos inéditos, constituidos por más de 60.000 páginas.
Se tiene, además, documentación de más de 50 gracias recibidas por intercesión de Giordani. Entre éstas el postulador de la causa elegirá la que hay que someter al juicio de la Iglesia para certificarla como milagro.
La apertura de la causa tuvo lugar el 6 de junio de 2004, en la catedral de Frascati, diócesis donde Igino Giordani falleció.
La ceremonia de la fase diocesana conclusiva tendrá lugar en el Centro internacional de los Focolares de Rocca di Papa, en cuya capilla se conservan los restos de Giordani y de Chiara Lubich.
El recién nombrado obispo de Frascati, monseñor Raffaello Martinelli, presidirá, a las 4.30 p.m. (hora italiana), el acto jurídico, que será precedido por la intervención de la actual presidente de los Focolares, María Voce.