Desde la muerte del queridísimo y carismático Juan Pablo II, las multitudes católicas de todo el mundo han aclamado al Pontífice como santo al grito de «Santo súbito». Joaquín Navarro Valls, de 72 años de edad, fue director de la oficina de prensa de la Santa Sede desde 1984 hasta 2006. En una entrevista a elmundo, asegura que, tras estos dos pasos «técnicos» (decreto de virtudes y declaración del milagro), la canonización dependería de Benedicto XVI.
El que fuera portavoz de la Santa Sede conserva, de su largo período al lado del gran Juan Pablo II, unas «600 páginas» de apuntes, con las que podría, sin duda, publicar un bestseller, por el que han llegado a ofrecerle hasta un millón y medio de dólares.
Aunque de momento no lo ha hecho, asegura que siente el «imperativo moral» de hacerlo ya que dice que Juan Pablo II fue un personaje «muy querido pero no el todo conocido». En ese posible y deseado libro, Valls relataría anécdotas vividas junto al pontífice polaco, del que destaca, entre muchos otros atributos, su gran sentido del humor, que utilizaba siempre, «incluso cuando había que tratar problemas dramáticos», momentos en los que nunca perdía su optimismo y su «visión positiva».
Valls describe el mayor logro de Juan Pablo II utilizando las propias palabras del Pontífice: «El punto central y nuestra responsabilidad es mantener el carácter trascendental de la persona humana, que se puede convertir fácilmente en objeto».
Dos años junto a Benedicto XVI
El ex portavoz de la Santa Sede, que continuó dirigiendo la oficina de prensa del Vaticano tras la elección de Benedicto XVI como Papa, asegura de él que «es el Papa de toda la historia de la Iglesia con la más brillante y numerosa bibliografía personal». Su riqueza conceptual, según Valls, es algo que incluso los no católicos son conscientes de ello. Del actual Papa también resalta su capacidad de buscar la verdad y de confiar en la racionalidad de las personas.
Para Valls, todos los obstáculos que está encontrando Benedicto XVI para difundir la verdad del evangelio en el mundo se basa en algo que ya anticipó el entonces cardenal Joseph Ratzinger, días antes de ser elegido Pontífice: «la dictadura del relativismo».
«200.000 neonatos» masacrados
Navarro-Valls, catedrático de Derecho Eclesiástico y académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, participó este fin de semana en el I Congreso de Juristas Católicos, del CEU. Con motivo del Dictamen del Consejo de Estado sobre la nueva ley del aborto, aseguró que aunque éste diga que «no se infringe la Constitución, esto no es bendecirlo». Además, añadió que lo que no se ha dicho sobre esta nueva ley es que «al amparo de esa ley se masacren 200.000 neonatos al año».
El experto jurista señala que el Consejo de Estado no se ha reunido en Pleno, sino que ha sido su Comisión Permanente la que ha dictado este informe, en el que se encuentran diversas «anomalías» al vulnerarse diversas normas legales. Lo que ha ocurrido, según Valls es que «ha habido una interpretación equivocada de los conflictos del anteproyecto» de la ley del aborto, confundiendo el derecho a «la vida del nasciturus y los derechos de la madre».