Fénix, que así se llama, nació cuando a don Ricardo le negaron la edición de su «Triple secreto», porque a de la Cierva no lo calla nadie. En esta obra ven la luz en España datos inéditos sobre el siempre controvertido y misterioso fenómeno que es la masonería.

- ¿Por qué decidió escribir sobre la masonería? ¿De dónde viene su interés por este fenómeno?
 
- De la infancia. Leí mi primer libro sobre la masonería en 1936, cuando todavía no había cumplido los diez años. Desde entonces he tenido mucho interés por el tema, de modo que todo lo que ha caído en mis manos sobre él lo he leído. Me he preocupado especialmente por saber lo que dicen sobre la masonería los propios masones y para la redacción de este libro he examinado miles de textos masónicos.
 
- ¿Qué es la masonería? ¿Es una religión?
 
- No, no lo es. Para los masones es como el conjunto de todas las religiones y a todas ellas trasciende. La masonería es, para ellos, «la Luz». Cristo dijo que Él era la luz del mundo. Su luz, desde luego, no es la luz masónica. La masonería es una asociación racionalista, ilustrada, fundada en la efervescencia de ideas del siglo XVIII y cuyo objetivo permanente es la secularización total, el arrancar la influencia de la Iglesia de la sociedad humana.
 
- Sin embargo hay masones que insisten en que masonería y cristianismo son compatibles.
 
- La masonería operativa, de constructores, tenía profundas raíces cristianas, pero esa no es la masonería actual. La masonería que conocemos hoy fue creada por un grupo de pastores protestantes y anticatólicos que lo primero que hicieron fue reunir todos los documentos masónicos existentes y después quemarlos, lo cual es muy sintomático, pues indica su voluntad de ruptura con la masonería antigua, operativa y cristiana. Así, tanto en las Constituciones de Anderson como en el resto de los documentos de la masonería moderna desaparece la figura de Cristo y su nombre. Y también desaparece Dios, porque el Gran Arquitecto del universo de los masones es un dios lejano, deísta, no personal, intrascendente, puramente simbólico, que evidentemente no es el Dios cristiano, porque es un dios que puede ser el de los budistas, el de los animistas... La masonería es claramente atea, no venera a un Dios personal, no adora una figura unívoca de Dios, no es el Dios que cristianos y judíos sí que veneramos.
 
- ¿Qué se aprende en las logias?
 
- Fundamentalmente nada, excepto a odiar profundamente a Cristo y a su Iglesia.
 
- ¿Tiene poder la masonería?
 
- Mucho; la masonería ha influido decisivamente en el Reino Unido y en EE UU... en general en todo el mundo anglosajón. Fue determinante en la época del Imperio Británico. Si actualmente el bloque anglo-americano es el conjunto político y social hegemónico en todo el mundo, lógicamente, al estar la masonería concentrada en este bloque, sigue teniendo una influencia inmensa. Todas las sociedades mundialistas actuales son masónicas.
 
- ¿Y en España?
 
- Lo tuvo, y bastante. Ahora no pues su nivel de afiliación es muy bajo. Tan sólo hay dos o tres mil masones censados, la mayoría extranjeros que viven aquí.
 
- ¿Qué es lo que hay realmente detrás de la masonería?
 
- A mí me puso sobre la pista el profesor de teología de la Facultad del Norte de España, Manuel Guerra, al decirme que importantes masones le confesaron que dentro de algunos altos grados masónicos hay zonas reservadas a unos pocos, con ritos que son abiertamente satánicos. Esto lo he confirmado en mi investigaciones gracias a los testimonios de Manly P. Hall y Albert Pike, tal y como narro en mi libro. Ese es el verdadero significado profundo de la Masonería Invisible: una entidad que, como ésta, es anticatólica, pagana y que busca la secularización total, evidentemente no puede estar en el reino de la luz sino en el reino de las tinieblas.