Tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha querido recordar a los seis soldados italianos fallecidos el pasado jueves en un atentado en Afganistán. Fiel al seguimiento de la actualidad, Benedicto XVI ha señalado que, a pesar de que cotidianamente llegan trágicas noticias de víctimas en el mundo, «nunca nos podremos acostumbrar» a ellas, suscitando «rechazo y desconcierto en la sociedad que busca la paz y la convivencia civil».
«En estos días –ha señalado Benedicto XVI- la noticia del grave atentado en Afganistán contra algunos militares italianos, me ha provocado profundo dolor». En este sentido el Papa se ha unido en oración, «al sufrimiento de los familiares y de la comunidad civil y militar, y al mismo tiempo, pienso con sentimientos similares en los demás contingentes internacionales que también han sufrido recientemente víctimas y que trabajan para promover la paz y el desarrollo de las instituciones, tan necesario para la coexistencia humana. A todos, aseguro mi recuerdo ante el Señor, con un pensamiento particular dirigido a las poblaciones civiles, y para todos invito a elevar a Dios nuestra oración».
La belleza de la sabiduría
En primer lugar el Santo Padre ha analizado la reflexión dominical de hoy centrada en la Epístola de Santiago (St 3,17-4,3) en la que se enumeran las siete cualidades de las que emana la auténtica sabiduría, siendo la primera de ellas la pureza.
«Y como Dios de la cual proviene –ha evocado el Santo Padre- la sabiduría no necesita imponerse por la fuerza, porque ostenta el vigor invencible de la verdad y del amor que se afirma en ella. Por eso es pacífica, bondadosa y dócil; no utiliza parcialidad, ni recurre a las mentiras; es indulgente y generosa, se reconoce de los frutos de bien que suscita en abundancia».
En este sentido el Papa ha invitado a detenerse a contemplar esta sabiduría «que nos desintoxica de las escorias de la mentira y el egoísmo». Y haciendo referencia a la sociedad de hoy en la que falta el cumplimiento de la palabra dada, Benedicto XVI ha recordado que «para hacer obras de paz, es necesario ser hombres de paz».
Rechazar la mentira y la violencia
«Si cada uno, en el propio ambiente, consiguiera rechazar la mentira y la violencia en sus intenciones, en las palabras, y en las acciones, haciendo florecer sentimientos de respeto, de comprensión y de estima hacia los demás –ha dicho el Papa- quizá no se resolverían todos los problemas de la vida cotidiana, pero se podrían afrontar de forma más serena y eficaz».
Asimismo el Papa ha aprovechado la ocasión para renovar su ánimo a la promoción de la solidaridad entre las naciones, con el fin de «contrastar la lógica de la violencia y de la muerte, favorecer la justicia, la reconciliación, la paz y apoyar el desarrollo de los pueblos partiendo del amor y de la comprensión recíproca», como el propio Benedicto XVI ha escrito en su Encíclica Caritas in veritate.
Próxima peregrinación a República Checa
Y saludado como es tradicional en diferentes idiomas, el Santo Padre se ha dirigido en particular a los peregrinos de la República Checa a quienes ha solicitado su oración para que la visita pastoral que realizará el Pontífice del 26 al 28 de septiembre, «contribuya a reforzar la fe, la esperanza y la caridad del pueblo checo».
Agradeciendo desde ahora a cuantos le acompañen en esta peregrinación, Benedicto XVI ha recordado cómo la República Checa se encuentra en el corazón de Europa, por lo que, debido a los dramas sufridos en el siglo pasado, «necesita –como todo el continente- reencontrar las razones de la fe y de la esperanza». «Siguiendo las huellas de mi predecesor Juan Pablo II, que visitó el país en tres ocasiones, también yo homenajearé a los heroicos testigos del Evangelio, antiguos y actuales, y animaré a todos a caminar hacia delante en la caridad y en la verdad».