Esta consagrada chilena, afincada en la diócesis catalana de Terrasa, es psicóloga por la Universidad Pontificia de Salamanca y teóloga por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde actualmente cursa el doctorado.
Es la segunda de cuatro hermanos, irradia felicidad y amor por los cuatro costados, y sus canciones llegan tanto a la gente que sus conciertos no tienen nada que envidiar a los de los grandes del rock.
- ¿Cómo se le ocurre a una monja ponerse a cantar y a dar conciertos?
- Me puse a cantar porque... siempre he cantado la verdad, pero así más conocidamente... después de la jornada Mundial de la Juventud del año 2002 en Toronto. Estaba estudiando en Roma y me llamaron a una misa totalmente en ingles y francés para que yo fuera la que cantase en español mientras el Papa daba la comunión. Para mi fue un signo muy grande. Cuando Dios quiere algo de ti, se te abre una puerta enorme. Después de ese encuentro me empezaron a invitar de todo el mundo para cantar.
- ¿Por qué tiene tanto éxito la hermana Glenda?
- No lo sé. Sabes que nosotros no tenemos premios Grammy, ni los Cuarenta Principales, ni el top de los más vendidos. Quiero ver realmente que nuestro éxito sea que mucha gente escuchando una canción se encuentre con Jesús, le vuelva la paz, y vuelva a la casa de Dios. Pero creo que a la gente le gustan las canciones porque esta buscando algo de Dios, y como son textos bíblicos... La Biblia hablada es muy fuerte, pero creo que cantada es el doble de fuerte y de impactante.
- ¿Es verdad que quien canta se acerca más a Dios?
- Depende de cómo se cante. El hecho de cantar no te garantiza estar cerca de Dios. Todo lo que uno hace, dice san Pablo, hay que hacerlo desde dentro del corazón. Si tú lo haces desde el corazón eso te va a llevar a Dios. Porque Dios te inspira esos deseos santos de servirle.
- ¿Cual es el pasaje de la Biblia al que le gustaría poner música?
- Hay muchísimos pasajes de la Biblia pero me encantaría que Jesús me inspirara sobre todo en la parábola del Hijo Pródigo. Cómo poder expresar de una forma sintética y hermosa esa vuelta, ese abrazo del padre al hijo que viene. Eso me encantaría. Creo que ahí está el resumen de la buena noticia de Jesús.