Monseñor Francisco Hellín recordó que «la propia familia se manifiesta y se expresa en su misma vida, porque Dios la hizo una institución natural, y no son los gobiernos ni los parlamentos los que tienen que decir qué es la familia. La familia es un gran tesoro, el mayor tesoro de la humanidad».

También, se refirió al mensaje enviado por el Papa Benedicto XVI a los participantes el Pontífice donde les ha exhortado a dar «un incondicional sí a la vida», y ha pedido a los esposos «disponibilidad y abnegada entrega, y confianza mutua, fiel y fecunda».

En la homilía, dirigiéndose de un modo personal a cada asistente, dijo: «Redescubre cada día ese tesoro del cual eres depositario. Dios te ha bendecido con esos amores: con tu mujer, con tu marido, con tus hijos». «Así, -añadió- la familia será verdaderamente el santuario de la vida, será la garantía de que toda criatura que procede de esa entrega en fidelidad matrimonial, estará resguardada por la cuna más fuerte, que es el amor conyugal y familiar».

Los actos comenzaron con una ofrenda a la Virgen realizada por las familias a la que siguió una misa y varias actuaciones musicales en la explanada del santuario. La jornada concluyó con el rezo del Rosario, acompañando a la imagen peregrina de la Virgen de Torreciudad, y con la Bendición con el Santísimo.

Más de 250 voluntarios participaron en la organización del encuentro, ayudando en los aparcamientos y accesos al santuario, en la guardería, en el acomodo de los peregrinos, en los puestos informativos y en el parque infantil.

Asimismo, decenas de sacerdotes atendieron a lo largo del día los confesonarios repartidos por distintas zonas del recinto.