La fotógrafa y abogada de 30 años estaba retratando a la gente sin hogar en Hawai (Estados Unidos), cuando se percató que uno de esos hombres era su propio padre, que había sido dueño de un estudio de fotografía en Hawai y a quien no había vuelto a ver tras la separación de sus progenitores cuando ella tenía cinco años.
Así encontró Kim a su padre, enfermo y sin techo en las calles
En 2003, Kim había empezado a fotografiar a personas sin hogar en las calles de Hawai como parte de un proyecto que se acabaría convirtiendo en una iniciativa dedicada a la humanización de las personas sin hogar: «The Homeless Paradise».
No sería hasta nueve años más tarde cuando la joven fotógrafa daría con su padre, cuyo aspecto retrató.
Kim explicaba a la cadena estadounidense NBC News que se acercó a él «sintiendo una sensación de incertidumbre, pero encontré el coraje para tocar su hombro y llamarlo. Él no me oyó. No me pudo oír».
Aquejado de una esquizofrenia severa, el hombre no respondía a las preguntas de su hija y, en su lugar, discutía intensamente con el espacio vacío frente a él.
Durante mucho tiempo, el padre de Kim se negó a recibir tratamiento médico, no quería comer ni bañarse ni usar la ropa nueva que le llevaba su hija, que no perdía la esperanza.
Diana Kim y su padre cuando ella era una niña; llevaba 25 años sin verlo, desde que sus padres se separaron
Cuando, en 2014, el hombre sufrió un ataque cardíaco en la calle y la Policía le llevó al hospital, empezó un tratamiento de varios meses que le permitió recuperar una vida normal a principios de 2015 junto a su hija.
«Él tiene metas, tiene esperanza, tiene la voluntad para tener éxito», explicaba la fotógrafa y destacaba que ahora «pasa tiempo con sus amigos y familiares, está buscando trabajo y planea visitar a sus parientes en Corea del Sur».