Hacer de la familia el «sujeto de evangelización» es el objetivo declarado que ha presentado el Consejo Pontificio para la Familia en el seminario internacional que ha inaugurado este jueves en Roma. Según el cardenal Ennio Antonelli, presidente de este dicasterio vaticano, este encuentro sirve para poner las bases para la preparación del VII Encuentro Mundial de las Familias que se realizará en la ciudad de Milán, en el año 2012. La edición precedente se celebró en la Ciudad de México el mes de enero pasado, informa Carmen Elena Villa en Zenit.

El cardenal presentó dos proyectos que se están realizando en este contexto: el primero pretende promover en varios países una investigación psicológica, tanto descriptiva como aplicativa, sobre el bien que hacen las familias estables a sus hijos y a la sociedad. El segundo proyecto, aseguró el cardenal Antonelli, consiste en promover la familia como «sujeto de evangelización».

Familias, «¡a evangelizar!»

El purpurado señaló que es importante que se refuerce la misión pastoral de la familia porque «como destinataria de evangelización la familia está ya muy presente en la atención de los operadores pastorales», mientras que «como sujeto de evangelización se debe valorar mucho más, volviendo a despertar su responsabilidad misionera al servicio de todos los hombres y de todo lo humano».
 
El presidente del Consejo Pontificio para la Familia aseguró que «los creyentes evangelizan con su espiritualidad, su testimonio, su actividad, su anuncio, su profesión de fe. O más bien, es Cristo mismo quien evangeliza a través de ellos», aclaró el purpurado italiano.
 
«En la medida en la que viven en comunión con Cristo, los cristianos comparten su amor apasionado por todos los hombres, se convierten en sus cooperadores para el desarrollo humano en la historia y para la salvación eterna, más allá de la historia». Aclaró que por medio de las familias practicantes, «queremos llegar a las demás familias y al mayor número de personas».
 
Destacó así el amplio campo de evangelización que tienen las familias, donde otros agentes pastorales no siempre pueden llegar: «la propia casa, el ambiente, la escuela, la parroquia, las asociaciones eclesiásticas y civiles entre otras».