Como recogió ReL este sábado, la Conferencia Episcopal Italiana, a pesar de la dimisión del director del Avvenire (diario de los obispos), mantiene su pulso con Silvio Berlusconi.

Y no parece que le vaya mal en el enfrentamiento, a tenor de los resultados que ofrece un sondeo de la empresa ISPO/Gruppo Phonemedia para el Corriere della Sera, recogido este domingo por el diario milanés. De hecho, entre abril y septiembre de este año la popularidad del primer ministro ha caído cinco puntos entre los católicos practicantes, pasando del 55% al 50%, mientras que la de la Iglesia ha subido dos, del 83% al 85%.

 Los católicos practicantes suponen, según la encuesta, un 42% de los votantes de Il Cavaliere, y por tanto son especialmente sensibles a los ataques que el Avvenire ha prodigado al gobierno italiano en las últimas semanas, tanto por la vida privada de Berlusconi como por determinados aspectos de su política de inmigración.

La encuesta considera católicos practicantes al 25% que asiste a misa todos los domingos, y al 15% que asiste dos o tres veces al mes. En total, un 40% de la población potencialmente influenciada por este conflicto aún no resuelto.

En cualquier caso, el analista del Corriere, Renato Mannheimer, no considera que esta caída de popularidad de un 10%, que aun así mantiene a Berlusconi en buena posición ante la mitad del electorado católico, tenga necesariamente que alterar la intención de voto.