(ACI) LOsservatore Romano (LOR) publicó ayer un artículo, firmado por la periodista pro-vida Assuntina Morresi, en el que fustiga el paquete de normas anti-vida y anti-familia aprobado ayer por la Cámara de los Comunes en Inglaterra; como la creación de embriones humano-animales, la fertilización in vitro para crear "bebés medicamento"; y que las lesbianas puedan adquirir esperma sin autorización alguna para inseminarse y tener hijos. En el artículo titulado "Los inútiles objetivos de la experimentación a cualquier costo", Morresi explica que de estas medidas, la más discutida sin duda ha sido la de los embriones híbridos humano-animales. "No existe una solicitud de este tipo de embriones en la comunidad científica, pese al clamor en los medios: hasta ahora solo ha habido dos solicitudes de dos grupos ingleses para crear los híbridos, utilizando ovocitos de vaca y células humanas adultas", indica. "Una investigación que es vieja e inútil: en diciembre último Ian Wilmut, el padre de la oveja Dolly, ha declarado públicamente haber renunciado a buscar células estaminales embrionarias con la clonación terapéutica, porque la técnica es ineficiente, nunca ha funcionado en los seres humanos, y lo ha hecho poco y mal en los animales", continua. Morressi también describe que "las eventuales células estaminales embrionarias de los híbridos no podrían usarse para aplicaciones clínicas en los seres humanos para evitar peligrosas contaminaciones con material biológico animal. Y tampoco podrán ser usadas como modelos para el estudio de cierta enfermedades". "¿Cómo es posible utilizar células provenientes de híbridos, con patrones genéticos alterados, de metabolismo desconocido, para estudiar enfermedades originadas por alteraciones desconocidas de ciertas funcionalidades celulares?", cuestiona. Comentando después el asunto de los "bebés medicamento" o "hermanos salvadores", la periodista de LOR denuncia que con la nueva norma "será lícito producir un número elevado de embriones humanos para escoger a los que tengan las características genéticas justas, que una vez desarrollados y nacidos darán sus tejidos a sus hermanos enfermos. Los embriones poco compatibles o inadecuados serán descartados: en otras palabras: una selección genética en base al posible uso del material biológico del nascituro". "Es un imperativo moral, si existen medidas terapéuticas, como en este caso… usar terapias para salvar vidas", indicó el representante laborista Des Turner. "Quien sabe qué efecto tendrá sentirse considerado una medida terapéutica, saber que se ha nacido solo porque el propio perfil genético era exactamente lo que servía para la familia", ironiza Morressi. Huérfanos antes de ser concebidos Al hablar luego del derecho de todo persona, de todo niño a tener un padre y una madre, Morressi advierte que la nueva ley no exige esta premisa, sino que basta con demostrar la existencia de alguien que puede hacerse cargo del futuro hijo. En opinión del subsecretario de Sanidad británico "es la cualidad de ser padres lo que hace la diferencia, no el género en cuanto tal", mientras que la representante del Partido Laborista denunciaba en el debate británico que hasta la aprobación de la ley ha habido "una discriminación directa contra las parejas lésbicas y las mujeres solteras". "Huérfanos antes de ser concebidos, en resumen: imposible para la naturaleza pero no para la ley, en Gran Bretaña. Pero dado que en la probeta es necesario el semen masculino, todavía deberá existir un padre biológico, al menos un poco, incluso si es reducido a productor de esperma: un número en un catálogo de un banco de semen, o tal vez modernamente, un simple código de barras", lamenta Morressi. Finalmente, la periodista hace dos interrogantes: "¿Por qué obstinarse en una investigación tanto controvertida éticamente por todas las dudas desde el punto de vista científico? ¿Tal vez para demostrar que se debe experimentar con todo lo que se desea?"